Damián Coll Camps | Óskar Pérez

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El religioso menorquín fray Damián Coll Camps (Es Migjorn Gran, 1926) ha fallecido en Madrid, tras 71 años de trabajo y servicio en la orden franciscana. Según informan fuentes de su familia, cuando se pueda se celebrarán funerales en Menorca y en Madrid, dado que ahora no se pueden oficiar por la situación de emergencia sanitaria

Desde Madrid, los miembros de la congregación a la que pertenecía explican que “falleció anoche en casa, en su cuarto, de parada cardíaca; tras muchos años de vida de religiosa y formar parte de la fraternidad de San Francisco. Gracias a Dios por Fray Damián, que tanto bien ha hecho en Puente de Vallecas; una oración y un abrazo a su familia de Menorca”.

Regular de la orden franciscana, a la que se incorporó en 1948, desarrolló en el barrio madrileño de Vallecas su vocación de servicio y una eficaz labor social, orientada a la ayuda y acompañamiento de niños y jóvenes pertenecientes a familias humildes y marginadas. Primero en la parroquia de San Diego y después en la parroquia de San Francisco.

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Hombre inquieto y emprendedor, durante el verano de 1954 organizó el primer desplazamiento a Menorca de un grupo de muchachos de Vallecas que tuvieron la oportunidad de pasar sus vacaciones en la Isla.

Gracias al apoyo de empresas de Menorca, así como la colaboración de menorquines e instituciones de la Isla, aquella iniciativa tuvo continuidad durante 52 años, y fray Damián la llevó a cabo hasta el verano de 2006. Unos 1.400 chicos de Vallecas disfrutaron, durante estos 52 años, de estas vacaciones menorquinas.

“Nunca me han cerrado las puertas, porque no pido nada para mi -explicó en 1998 a ‘La Veu de Menorca’ con motivo de sus bodas de oro de vida religiosa-. Pido con justicia y por eso nunca me asusto ni me acobardo. Siempre he dicho que los niños tienen voz, pero nadie les escucha. Yo soy su voz.

La parroquia de San Francisco desarrolló, gracias al impulso de fray Damián, un trabajo de atención a los jóvenes en situación de riesgo. A través del ‘Proyecto Hombre’ gestiona desde 1998 un piso para la reinserción de extoxicómanos. El fenómeno de la inmigración obligó a redoblar los esfuerzos de este religioso menorquín, quien declaró: “no podemos cerrarles las puertas, estas familias llegan con lo justo y muchas veces los pequeños no tienen sus necesidades cubiertas”.