Los policías en prácticas en la Isla juraron el cargo el pasado día 30, en Maó. Solo uno se ha quedado en la Isla. | Josep Bagur Gomila

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Quizás sea este el año que mejor permite justificar la ausencia de refuerzos policiales en Menorca para la temporada de verano, lo que no deja de ser una carencia notable en la seguridad ciudadana y el resto de servicios que prestan los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Sus limitadas plantillas con dificultades alcanzan el 80 por ciento de las que deberían ser, lo que puede suponer una merma de su capacidad con el aumento de población.

La irrupción de la pandemia limitará -lo está haciendo ya- la llegada de turistas que cada estío multiplican el número de personas en la Isla, aunque probablemente no sea este el argumento certero que explique la falta de refuerzos, especialmente de policías nacionales, pese a la reciente presentación de la campaña de turismo seguro en las islas para la operación Verano 2020.

El Estado destina a 250 agentes al Archipiélago, entre guardias civiles y policías nacionales, para mejorar la seguridad de este enclave turístico pero a Menorca solo han llegado diez efectivos de la Benemérita. Son guardias recién salidos de la academia que cumplirán su primer destino de un año de duración en prácticas, aunque, además de ser considerados refuerzos para la compañía compensan, en parte, los que se han marchado por cambio de destino.

Además de estos 10 recién incorporados, la Guardia Civil cuenta en verano con dos especialistas fijos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas, aunque no dispondrá de la unidad marítima que cada año solía tener su lancha rápida y tripulación en el puerto de Maó entre julio y mediados de septiembre. Si es necesario se desplazará desde Mallorca. Tampoco han llegado nuevos efectivos del Instituto Armado para el destacamento de Tráfico, lo que limita sus recursos ante la coincidencia de accidentes a pesar del esfuerzo de los guardias.

En cuanto al Cuerpo Nacional de Policía, todos los refuerzos destinados al Archipiélago se quedan en Mallorca y solo se desplazarán a las islas menores si se requiere su presencia en casos puntuales, como lo fueron las fiestas de Sant Joan, cuando vinieron unos 30 efectivos de la UPR.

La situación no es novedosa, se repite anualmente, aunque este año a priori resulta más inquietante puesto que no han llegado tampoco refuerzos para el control de pasaporte en el aeropuerto al estimar que vendrán menos vuelos internacionales. El año pasado fueron cuatro los agentes que se incorporaron para cubrir la demanda en la primera instalación de la Isla y evitar las colas en las llegadas.

Por otro lado, solo uno de los 17 agentes en prácticas que llegaron en junio del año pasado, repartidos en las comisarías de Maó y Ciutadella, se ha quedado en la Isla tras completar su formación. Los 16 de la nueva promoción no se incorporarán hasta finales del verano.