El parque infantil, ahora inutilizado, en el centro del núcleo, junto a la cala que le da nombre | Josep Bagur Gomila

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La primera fase del saneamiento de Cala Llonga está finalizada, queda pendiente la adecuación e instalación de las zonas de bombeo y la conexión de la red construida con la depuradora de Maó. Con el fin de que no se deteriore la maquinaria de bombeo por falta de uso, el equipamiento se realizará cuando puede llevarse a cabo la conexión citada.

El alcalde Héctor Pons destaca que los trabajos desarrollados por la empresa Antonio y Diego fueron considerados una inversión prioritaria para el municipio porque Cala Llonga es la urbanización más importante del municipio en cuanto a números de viviendas y de parcelas edificables.

Esta es la segunda razón, no se podrán conceder licencias para nuevos chalés si la urbanización carece de alcantarillado, según la moratoria vigente. Y, sin embargo, desde el punto de vista de la reactivación económica, presente ahora en el discurso político, es importante quitar trabas a un sector como la construcción.

A falta de completar la obra con la conexión a la depuradora, el alcalde recuerda que el problema de falta de saneamiento se reduce ahora a los núcleos de Sa Mesquida-Es Murtar, Sant Antoni y Binixíquer, «son proyectos costosos y de especial incidencia en el Plan 2030, esperemos que se nos autorice a utilizar el superávit», dijo Héctor Pons.

Ciclo del agua

La presidenta del Consell Susana Mora destacó que la reserva de la biosfera ha aumentado mucho en preservación ambiental pero hay otros retos y uno en los que se ha puesto énfasis en los últimos años es acabar el ciclo del agua. Esta es la razón por la que en 2018 se incoporó al presupuesto el superávit de 2016 «y se destinaron más de 9 millones a proyectos municipales para avanzar en tema de agua y eficiencia energética», recordó, además de argumentar que infraestructuras como la de saneamiento es un derecho de los vecinos y residentes en el lugar.