Ritual. Incluye la alocución del obispo, que realiza la imposición de manos; el interrogatorio del ordenando, las Letanías de los Santos, la unción con el Crisma y la entrega de los Evangelios, la patena y el cáliz. | Josep Bagur Gomila

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«Estamos celebrando con gran gozo tu ordenación sacerdotal. Nuestra Iglesia de Menorca se alegra de contar con nuevo sacerdote para su servicio. Como pastor de esta Iglesia, tu ordenación me llena de esperanza porque desde hoy contaré con un colaborador más para anunciar a Jesucristo y para guiar la comunidad cristiana». Con estas palabras se dirigió ayer el obispo Francesc Conesa a Jean Marie Nguele en la Catedral de Menorca, con motivo de su ordenación sacerdotal.

«Somos pocos los obreros de esta viña de Menorca y la tarea es grande», prosiguió el mitrado, que añadió: «gracias por tu disponibilidad para acoger la llamada del Señor y por tu valentía para comprometer toda tu vida al servicio del Evangelio».
Iglesia de Menorca

Tras subrayar que la misión de anunciar el Evangelio «sólo se puede llevar a cabo en comunión con toda la Iglesia y, de modo particular, con los demás presbíteros», Conesa Ferrer afirmó en la homilía que «serás sacerdote para toda la Iglesia y para la humanidad entera, pero tu misión se concreta al servicio de esta Iglesia de Dios que camina en la isla de Menorca».

Con asistencia de numerosos fieles de distintas poblaciones de la Isla, entre ellos varios familiares del nuevo presbítero desplazados exprofeso a Menorca, así como una amplia representación del clero diocesano que acompañó a Jean M. Nguele, el obispo expresó su convencimiento de que «el Señor ha ido guiando tu vida y te ha conducido por caminos diversos hasta aquí».

«Desde tu Camerún natal llegaste hace seis años a Menorca, después de pasar un breve tiempo en Madrid. Aquí has encontrado una Iglesia que te ha acogido y que ahora agradece tu voluntad de servirla», proclamó.

«Sé -afirmó el prelado en su alocución- que amas a esta Iglesia y tengo confianza en que la servirás con todo tu ser».

«Amar el rebaño»
Francesc Conesa señaló al nuevo presbítero que su principal servicio consistirá «en amar al rebaño, amar a las personas, que respetes y quieras a todos para que encuentren en tu corazón un eco del amor con que Jesucristo les ama». Para ello será necesario cuidar «la formación intelectual, humana y pastoral para prestar mejor servicio a todos». Al mismo tiempo tendrá que dirigir su servicio con especial atención a «los más débiles y vulnerables para ser de verdad una Iglesia samaritana que se pone al servicio de la persona humana».