Miguel Ángel, frente a las dependencias del Ayuntamiento de Ferreries.

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Explica que lo de servir comida de forma altruista es algo que suele hacer en su local del Pla de l’Església de Ferreries. En marzo de 2019, Miguel Ángel Moro, más conocido como Roco, recuerda que vio como cerca de su bar, Can Bernat, se llevaba a cabo un concierto para gente joven. Les indicó a los chavales que cuando acabaran con la música y el baile se acercaran al establecimiento, que les haría una paella para recuperar fuerzas. La consecuencia fue que se juntaron varias decenas de comensales, plato en mano, fuera del local. Aquella fiesta ha derivado, ahora, en un expediente sancionador con una propuesta de multa de 13.500 euros, 13.499,50 euros para ser exactos.

La paella posterior al concierto no pasó desapercibida a la Policía Local de Ferreries. Roco asegura que se dio cuenta de ello, de que tomaban nota, y de que también presenciaba la escena un miembro del equipo de gobierno, narra. Asegura que era la actual alcaldesa, Joana Febrer. Se da la circunstancia de que el establecimiento está muy cerca de las Casas Consistoriales, es decir, que el local y los dirigentes municipales son conocidos y vecinos.

Las consecuencias de todo esto, de aquel arroz posterior al concierto, se han manifestado ahora, 19 meses después. Una indigestión tardía que sume a Roco en la preocupación en un momento complicado para cualquier actividad económica como esta. Miguel Ángel ha recibido una notificación que le comunica la apertura de un expediente sancionador por haber servido una paella a entre cincuenta y sesenta personas sin disponer de la correspondiente licencia. El motivo es que su permiso es de bar, no de restaurante.

Miguel Ángel asegura que alegará, que intentará averiguar en primer lugar las motivaciones oficiales de la apertura del expediente, puesto que con aquella comida no hizo negocio en calidad de restaurante, porque no cobró a nadie, más bien fue un gesto simpático, altruista, hacia los chavales del concierto. Como otras veces. «Es una multa de 13.499,50 euros por regalar paella», lamenta. Se toma el medio euro como un recochineo. En cualquier caso, considera que es una cantidad del todo desorbitada a tenor de lo sucedido, como mucho y desproporcionado el tiempo que ha pasado hasta que le han abierto el expediente.