Presentació de projecte desenvolupat per l'ONG ATIL amb la col.laboració de Mans Unides Menorca i el finançament del Fons Menorquí de Cooperació. | Youtube: Fons Menorqui

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Creada en 1993 en la ciudad de Tetuán, la ONG marroquí ATIL viene desarrollando desde entonces un trabajo orientado a la prevención de la exclusión social de menores y jóvenes a través de intervenciones que promueven el fortalecimiento de sistemas y programas públicos en los ámbitos de la protección de menores, la educación básica, la formación profesional y la inserción socio-laboral.

Un camino en el que, en los últimos tiempos, tal y como recuerda su director, Fuad Amrani, han sumado esfuerzos con dos entidades de Menorca. La delegación de Manos Unidas en la Isla y el Fons Menorquí de Cooperació. Las tres partes, en colaboración con el Ministerio de Educación de Marruecos, trabajan en una iniciativa específica para la prevención de la radicalización violenta de jóvenes.

Se trata de un programa piloto instaurado en centros públicos de educación secundaria que utiliza como principal herramienta las actividades extraescolares para alumnos de entre 12 y 18 años con el fin de «reforzar la difusión de valores universales», explica Amrani en un vídeo promocional. Una iniciativa que gira en torno a diferentes talleres destinados a promover la tolerancia, la resolución pacífica de conflictos, la equidad y la promoción de valores ligados a la ciudadanía y la cultura democrática.

Pero el proyecto tiene vida más allá de las aulas, ya que la actividad se prolonga en la periferia de los barrios donde trabajan, en este caso con programas orientados a padres, educadores y representantes de la sociedad civil «para poner en marcha mecanismos comunitarios que mejoren los servicios que reciben los jóvenes en el ámbito de la cultura, el deporte y el ocio».

Por otra parte, Manos Unidas, a través de su delegación menorquina, también colabora en proyectos de estrategia de inclusión social y cultural de jóvenes de las ciudades marroquíes de Larache, Chefchauen y Tetuán, en este caso para «hacer frente a la radicalización y la migración» proveniente del desarrollo territorial del parque de Bouhachem. Un proyecto este último para el que cuentan con la colaboración financiera de la Direcció General de Cooperació del Govern de les Illes Balears.