El tráfico en el dique de Son Blanc no ha dejado de crecer, con el paréntesis de la pandemia, y el barco se ha consolidado como una alternativa al avión en los desplazamientos entre islas. | Gemma Andreu

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A comienzos del año pasado Trasmediterránea dejaba de operar la principal ruta marítima de Menorca con Mallorca, la que une los puertos de Alcúdia y Ciutadella. Entonces, Baleària se quedaba con el monopolio en este enlace, en el que llevaba ya años siendo predominante, sobre todo desde el adiós de Iscomar en 2016. Meses después un virus de origen chino provocaba una pandemia casi sin precedentes y obligaba a las administraciones públicas a establecer severas restricciones de movilidad. El avión fue el principal damnificado de estas medidas de prevención y el barco, en cierto modo, mantuvo mejor el tipo.

En este contexto, los usuarios habituales del barco como medio para moverse entre Ciutadella y Alcúdia han percibido un sensible incremento de los precios a lo que, cierto es, tampoco han sido ajenos los vuelos. El pasado martes, el diputado menorquín Lluís Camps (PP) expuso que las tarifas en algunos supuestos se habían hasta multiplicado por cuatro. Enumeró varios ejemplos. En su respuesta, el recién estrenado conseller de Vivienda y Movilidad, Josep Marí, reconoció que el Govern, en verano, había tenido que tomar cartas en el asunto y llamar la atención de la compañía naviera para que moderara sus expectativas de negocio en algunos trayectos.

Las agencias de viajes consultadas explican que el incremento de precios es evidente, aunque no siempre con la magnitud que expuso Lluís Camps en la Cámara autonómica. En enero del año pasado, cuatro personas residentes viajaron un fin de semana a Mallorca con un vehículo y el desplazamiento les salió por 163 euros, mientras que ahora, el mismo viaje para mediados de marzo, sale por 245 euros. Ese mismo fin de semana, dos personas con coche, residentes, 113,50 euros, para mediados de marzo, 167 euros.

Fuera de mercado y residente

Gestores de viajes consultados comentan que antes del monopolio de Baleària una pareja residente con coche podía viajar entre Ciutadella y Alcúdia, regreso incluido, por unos 50 euros, mientras que ahora mismo bajar de los cien es casi imposible. Algunas fuentes indican que algunas ofertas que se podían contratar años atrás estaban completamente fuera del mercado, unos precios extremadamente bajos que formaban parte de la estrategia de la compañía. Unos pocos euros para una persona sola, seis personas con un coche por 50 euros si se compraba con cierta antelación. Esto ya forma parte del pasado.

Expertos en la materia ponen el acento en que, en un periodo complicado como la pandemia, el incremento de los precios supone, además, un aumento mucho mayor de los ingresos de la empresa, puesto que cobra lo que paga el cliente y además un 75 por ciento de la factura en concepto de descuento de residente. En la ruta entre Alcúdia y Ciutadella, los residentes son la inmensa mayoría de los pasajeros. El beneficio es multiplicador. El efecto monopolio y una demanda que se ha mantenido fuerte en un contexto de dificultades son las causas que más fuerte suenan como probables. El volumen de pasajeros en esta ruta cayó en torno a un 40 por ciento durante 2020, mientras que el enlace aéreo perdió más de la mitad de usuarios. El famoso algoritmo que rige las compras retira ofertas cuando la demanda y la oferta se equiparan.

El conseller Josep Marí comentó en sede parlamentaria que el incremento de los precios en la ruta del Canal de Menorca había coincidido con un cambio en el sistema de venta de Baleària, una modificación que la compañía ha declinado detallar ante el interés mostrado al respecto por este diario.