Los símbolos del fuego y la luz anuncian la resurrección de Jesús
‘Es foc nou’. La Vigilia Pascual en la Catedral de Menorca empezó con el ‘foc nou’ que se encendió en el exterior del templo. La luz del cirio pascual anuncia el Domingo de Pascua | Josep Bagur Gomila
Las parroquias de Menorca celebraron este sábado la liturgia de la Vigilia Pascual, en la que se anuncia y proclama la resurrección de Jesús. El sobrio relato de San Marcos, texto evangélico de esta Eucaristía, narra que ya no está en el sepulcro. «¿Buscáis a Jesús el Nazareno, el crucificado? No está aquí. Ha resucitado».
El obispo de Menorca, Francesc Conesa, calificó esta noticia de «gozosa y sorprendente» en la homilía que pronunció en la Catedral de Menorca. Afirmó que «nos alcanza también a nosotros en esta noche santa: Jesús de Nazaret, el profeta enviado por Dios, vive para siempre. Es noche de gozo y de alabanza».
El obispo Francesc Conesa, en un momento de la celebración
Con la restricción del aforo al cincuenta por ciento en los templos para cumplir las medidas sanitarias por la pandemia, la luz y el fuego -’es foc nou’- con el que se enciende el cirio pascual, el agua y la palabra son los símbolos de la Vigilia Pascual que preludia el Domingo de Resurrección. En varias parroquias de la Isla recibieron las aguas bautismales los catecúmenos acompañados por familiares y padrinos.
Luz que ilumina nuestra vida
«Nosotros andábamos en la oscuridad, no sabíamos cómo encontrar sentido y dirección a nuestra vida, hasta que la luz de Cristo resucitado llenó con su resplandor todo el mundo y también nuestra propia vida», manifestó el pastor de la Diócesis.
Conesa Ferrer manifestó que «la noche del corazón humano se ha vuelto clara como el día porque ha sido iluminada por el resucitado que ‘volviendo del abismo brilla sereno para el linaje humano’. Las velas que hemos portado encendidas en nuestras manos significan que esa luz ha llegado a nuestra vida y que deseamos que su claridad alcance a todos los que nos rodean».
Esta jornada se celebra el Domingo de Pascua, manteniendo el aforo del 50 por ciento en los templos.
