Dos locales de Maó están a menos de cien metros de un colegio. | Gemma Andreu

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La Dirección General de Comercio ha trasladado a las entidades y los colectivos afectados, representados en la Comisión del Juego de Balears, una propuesta de nueva regulación de las salas de juego que pretende incrementar la distancia mínima respecto a cualquier centro educativo de 100 a 500 metros. La medida, además, se aplicaría también en relación a centros de rehabilitación y hospitales, así como cualquier otro espacio de uso habitual por parte de menores, como los propios parques infantiles.

De entrar finalmente en vigor, la medida en principio se aplicaría solo a las licencias para la apertura de nuevas salas de juego, no a las ya existentes que, sea cual sea esta distancia mínima, podrán continuar con su actividad e incluso renovar su autorización de forma periódica, según concretan desde la Dirección General de Comercio. Es lo que ocurre ahora con los referidos 100 metros de distancia mínima que establece la actual normativa autonómica desde mayo de 2019.

En lugares pequeños, como son los municipios de Menorca, los 500 metros de distancia mínima son, de hecho, un veto a nuevas salas de juego en buena parte de los cascos urbanos. Una prueba de ello es que en Menorca ninguna de las diez salas de juego abiertas en la actualidad se encuentra a más de 500 metros de distancia de un centro educativo. La extensión de esta franja de seguridad a parques infantiles, por citar ejemplo, aumentaría todavía más el nivel restrictivo. Apenas quedaría margen para abrir nuevos locales en los pueblos y ciudades de la Isla.

En el caso de Maó, como ya se publicó en su momento a raíz de los cálculos realizados por el departamento de Servicios Sociales del Ayuntamiento, dos de las cinco salas de juego actuales están incluso por debajo de los 100 metros respecto a un centro educativo y otros dos los superan por muy poco. El quinto establecimiento tampoco cumpliría el mínimo de medio kilómetro de distancia.

En Ciutadella, las cuatro salas de juego quizá sí cumplirían, de tener que abrirse ahora, el tope mínimo actual de 100 metros de distancia de un centro educativo, pero se quedarían por debajo de los 500 metros que establece la propuesta que maneja en la actualidad el Govern balear. Tampoco la sala de juegos de Es Castell está a más de medio kilómetro del colegio de este municipio.

Es necesario señalar que en estos momentos no se pueden abrir nuevas salas de juego en las Islas, puesto que está decretada una moratoria hasta enero de 2022, que incluso es prorrogable. Mientras tanto, la Dirección_General de Comercio trabaja en la nueva regulación del sector, con la idea de que incorpore aspectos de carácter social.