La gran mayoría de la superficie de cultivo de la Isla se dedica a los forrajes | Gemma Andreu

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Casi un tercio de la superficie de Menorca está ocupada por terrenos cultivables, cerca de 22.000 hectáreas destinadas a la actividad agraria en las que apenas queda sitio para los cultivos destinados al consumo agroalimentario de la población. Según se refleja en el «Análisis de las cadenas alimentarias y diagnosis del sector de producción local, ecológica, agroindustrial y artesanal de Balears», presentado recientemente por la Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación, tan solo el 1,14 por ciento de la producción de las explotaciones agrarias se destina directamente a la alimentación humana, mientras que la inmensa mayoría de los campos están enfocados al cultivo de forrajes y cereales para engordar al ganado, especialmente el vacuno.

El estudio recoge cifras oficiales relativas a los años 2017, 2018 y 2019, un periodo de tres años en los que se observa como hasta el último año de la serie el porcentaje de producción agrícola destinado al consumo humano era incluso inferior, de apenas un 0,8 por ciento, aunque todavía es pronto y faltan análisis más inmediatos para identificar una tendencia –por mínima que sea– hacia una mayor diversificación de los cultivos.

Los últimos datos anuales hablan con mucha contundencia de la escasa diversidad de cultivos y de la preponderancia de la cría de vacas, principalmente para la producción de queso y derivados lácteos, en el sector primario insular. En el año 2019 la producción agraria se sitúo en 266.699 toneladas de las que 263.034, el 98,6 por ciento, fueron forrajes empleados para alimentar al ganado. La segunda tipología de producción más abundante son a muchísima distancia los cereales, con 623 toneladas, el 0,23 por ciento. El estudio destaca que la enorme mayoría de esos cultivos de cereales son también para alimentar animales.

Las poco más de 3.000 toneladas de producción restantes, ese 1,14 por ciento del total, se las reparten legumbres, patatas, árboles frutales, uvas, aceite y hortalizas, con una gran preponderancia de esta última, de la que se producen 2.213 toneladas.

Por su parte, el sector ganadero, con una superficie utilizada para pastos de 9.150 hectáreas, el 13,2 por ciento del territorio menorquín, sitúo su producción en el año 2019 en 55.389 toneladas. Se observa la enorme preponderancia de la producción lechera, que representa el 96,5 por ciento del total, con 53.477 toneladas. La siguiente tipología de producción es precisamente el sacrificio de vacas para el consumo, con 902 toneladas. El resto se lo reparten ovejas, cabras, cerdos, pollo, huevos, conejos y miel.

Mucho menor es el peso del sector pesquero, con unas capturas de 281 toneladas, la mayor parte peces y crustáceos. Estos últimos, por la gran diferencia de precios en el mercado, representan casi el 70 por ciento de los ingresos del sector.