Un momento de la recogida de muestras a voluntarios ayer en el IME.

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Pons, Gomila, Sintes, Coll, Moll y Marqués son los apellidos autóctonos más comunes de la población menorquina y son los elegidos para llevar a cabo un estudio becado por IME para rastrear el origen de los mismos. Únicamente se ha tenido en cuenta la población masculina y el primer apellido.

La razón de esa discriminación es científica, solo los hombres tienen el cromosoma Y, que además lo pasan a todos los hijos varones de generación en generación de manera directa. Se trata de averiguar si el origen del apellido es único o si, por el contrario, llegó por distintas vías y en diferentes épocas de la historia.

«Hay un paralelismo entre el cromosoma Y y el apellido», afirma Joana Ferragut, profesora de genética en la Universitat de les Illes Balears, doctora en biotecnología, biología celular y genética, que es la investigadora principal de este proyecto.

Si todos los cromosomas son iguales entre la población en estudio, se pueden concluir que el pasado también es común a toda ella, pero esa es una de las hipótesis que ha de confirmarse o descartarse con los resultados que se obtengan en este ensayo.

El trabajo ha despertado ilusión en el equipo investigador que dirige y entre los voluntarios que colaboran en el proyecto. Consiste en la recogida de una muestra de saliva en tres pequeños tubos que es enviada al laboratorio de genética de la UIB para la extracción del ADN, sobre el que se realiza el análisis y se obtiene la información que persigue el proyecto.

Los resultados del trabajo no se conocerán antes de medio año. Una de las ideas es contar con más voluntarios para obtener más fiabilidad en las conclusiones, aunque ello suponga retrasar unos meses los resultados, según reconoce Ferragut.

La doctora en genética valora además del componente científico del estudio, el complemento desde el punto de vista del conocimiento histórico. La gente quiere conocer su origen, de dónde proviene, pero también la historia se enriquece conociendo los flujos humanos. «Es una manera de completar la historia que conocemos hasta ahora», señala la directora del proyecto.

La elección de los apellidos se ha realizado mediante los datos estadísticos consultados en el Ibestat. Es el primer estudio de estas características que se realiza en Menorca, la isla balear menos estudiada, según apunta Ferragut. En Mallorca se ha hecho otro sobre la población xueta.