«En principio el convenio tiene buen color», señalaba este viernes el concejal del Pi, Llorenç Carretero, quien lamentaba las dudas que generó el propio equipo de gobierno al anunciar sin consulta previa con la oposición el acuerdo con la institución insular. «No sé por qué crearon tanta incertidumbre», opina. Carretero explica que su grupo debe analizar el documento con detenimiento y luego decidir su voto en el pleno de la semana que viene pero que en principio «por mi parte no hay pegas, me parece bien, porque además se rebaja la aportación del Ayuntamiento».
Jorge de Diego, concejal no adscrito, se muestra predispuesto a votar a favor del convenio con el Consell y con la modificación de pliego de condiciones para la adquisición de Sa Tanca.«La redacción del convenio es clara y va en sintonía con lo que apoyamos en su día». De Diego destaca como elemento clave que el acuerdo no establece ningún tipo de contraprestación para el Consell y que los usos se definirán en función de lo que fijan las inversiones financiadas con el Impuesto de Turismo Sostenible.
Durante la comisión, el PP planteó algunos reparos en relación a algunas palabras empleadas en el convenio con el Consell, pero tras unas aclaraciones «en principio queda todo claro, no vemos nada dudoso». El concejal Pedro Tudurí asegura que el sentido de su voto se decidirá en la junta local del partido antes del pleno, una vez analizado con más detalle el texto.
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Gastar la recaudación de varios años del impuesto de turismo sostenible, en un mamotreto de hormigón que nada tiene que ver con la mejora de instalaciones, limpieza, depuración de aguas, reciclaje, zonas ajardinadas, etc. etc. de las urbanizaciones del municipio de Sant Lluis, lo dice todo de la credibilidad que los responsables políticos transmiten a los ciudadanos, y hacia los turistas que han pagado religiosamente este impuesto.