Las inmobiliarias constatan de forma unánime el creciente interés por adquirir viviendas en un entorno natural | Gemma Andreu

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La recuperación del    mercado inmobiliario de Menorca después de la pandemia tiene su particular motor en la compraventa de fincas rústicas. Los últimos datos del Registro de la Propiedad revelan que entre enero y julio de este año se han cerrado 279 transacciones de inmuebles en el campo menorquín, a una media de 40 cada mes. La cifra supera la que se registraba en los años del boom inmobiliario.

Atrás queda el bache provocado por la crisis de la covid-19. En el caso de llocs y otras propiedades en el campo, el aumento de operaciones respecto al mismo periodo del año pasado es del 70 por ciento, el más alto de Balears. Mientras el mercado inmobiliario en su conjunto todavía no ha recuperado las cifras de 2019, el segmento de las fincas rústicas ya las ha rebasado: hay un 11 por ciento más de transacciones que antes de la pandemia.

Las inmobiliarias constatan de forma unánime el creciente interés por adquirir viviendas en un entorno natural. Los clientes, en su mayoría nacionales y franceses, encuentran en Menorca la tranquilidad y seguridad que buscan para el descanso familiar a una o dos horas en avión desde su ciudad de origen.

Los precios van al alza

También juega a favor el precio de las propiedades, que en comparación a Mallorca o Eivissa sigue siendo más bajo. No obstante, la limitada oferta existente por las restricciones urbanísticas y el hecho de estar bajo la lupa de los compradores internacionales ha empezado a empujar las tasaciones al alza.

La última estadística del Ministerio de Agenda Urbana, publicada esta semana, refleja un aumento general de los precios en las transacciones inmobiliarias que se cierran en Menorca, sin distinguir entre fincas rústicas o urbanas. En el segundo trimestre de 2021 el precio en Maó se había disparado un 16,8 por ciento respecto a 2020 con una media de 1.778,2 euros por metro cuadrado. En el caso de Ciutadella el aumento es del 8,6 por ciento, hasta los 2.075,6 euros por metro cuadrado.

La impresión del sector es que los aumentos más significativos se dan en viviendas singulares, las que tienen vistas al mar o grandes extensiones alejadas de cualquier vecino. En cambio, aseguran que el mercado de vivienda habitual, el que tiene a los residentes menorquines como su principal cliente, se mantiene con los precios estables.

Sea como fuere, los datos oficiales disponibles hasta la fecha no permiten detallar si los aumentos de precio afectan al mercado inmobiliario en su conjunto o es una burbuja que se limita, de momento, al sector del lujo.