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La segunda fase de las obras de reforma del puerto de Fornells, la que cuenta con más volumen de inversión y ha generado más controversia, comenzó a ejecutarse ayer. Por el momento, se han realizado catas. Por delante quedan dos inviernos de trabajo, puesto que las labores de reforma y adecuación de este espacio se interrumpirán en verano para no afectar al desarrollo de la temporada turística.

En concreto, este invierno se prevén las actuaciones relativas al varadero de reparación de embarcaciones, la gasolinera y la zona del antiguo restaurante Es Pla, donde se incluye el edificio más discutido. También se contemplan las canalizaciones    de servicios municipales, para las que se ha establecido una colaboración con el Ayuntamiento de Es Mercadal.

Quedan pendientes para la temporada baja 2022/23 las actuaciones marítimas, como el refuerzo estructural del dique con la incorporación de un martillo, la recarga del rompeolas y la instalación de los pantalanes de temporada, así como la urbanización de la zona.

Durante las obras, desde Ports informan que los muelles y los amarres seguirán operativos. No la rampa del varadero, que se tendrá que cerrar. En el momento en que se trabaje en la gasolinera, esta quedará fuera de servicio y se prevé establecer un sistema alternativo de suministro. Desde Ports aseguran que ya han entablado conversaciones    con los pescadores de Fornells y que están sobre la mesa alternativas como un servicio de suministro semanal.

El proyecto un coste de algo más de 7 millones de euros. Ports destaca la mejora en infraestructuras y servicios que se prestan en la zona, así como en la imagen general del núcleo costero. También subraya el establecimiento de medidas pioneras en la preservación del fondo marino y la posidonia, que afectan a las regulación del tráfico marítimo en aguas interiores del puerto.