El colectivo se ha reunido con los consellers balear e insular de Medio Ambiente para sus peticiones.

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SOS Posidònia Menorca, el colectivo ocupado en cuantificar la afectación del ocio náutico sobre las praderas de posidonia en la Isla, ha trasladado a las autoridades insular y balear su preocupación por el aumento de fondeos en zonas protegidas pese al decreto vigente que lo impide, especialmente en la costa norte y la bocana del puerto de Ciutadella.

En los últimos días representantes del grupo se han reunido con los consellers balear e insular de Medio Ambiente, Miquel Mir y Josep Juaneda, respectivamente, para plantear soluciones que estiman imprescindibles con las que preservar los recursos naturales y marinos. Ambos se han comprometido a mejorar los medios paran el control de cara al próximo verano.

SOS Posidònia pide que se incremente la vigilancia y la información en la costa norte y bocana del puerto de Maó ya que en los últimos veranos no ha habido ninguna embarcación asignada a esta zona de la Isla, salvo en    la Illa d’en Colom y S’Albufera des Grau.Serían necesarias tres barcas de vigilancia, una para Fornells, de características ecológicas únicas y una elevada presión náutica, y otras dos en el resto de la zona norte hasta la de poniente y la bocana del puerto ciutadellenc. Recuerda el colectivo que solo en la costa sur se han desplazado este verano un millar de embarcaciones sobre posidonia pese a que existen tres lanchas que la controlan.

Por este motivo también solicitan que el horario de vigilancia de fondeos continúe después de las 19 horas, cuando concluye la jornada laboral de los vigilantes, con lo que quedan sin supervisión tanto los party-boats, como los llaüts que buscan lugar para pasar la noche en las calas.

Proponen, además, crear la figura de los informadores en buenas prácticas para que aleccionen a los patrones sobre dónde no pueden fondear, lo que supone implicar a las empresas náuticas y los propietarios de embarcaciones privadas.

Por último consideran urgente instalar boyas ecológicas, especialmente en zonas sensibles como la Illa de l’Aire y Fornells.