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Con la prolongada demora en la apertura efectiva de la flamante nueva piscina, en el Club Piscina Es Mercadal llevan ya dos veranos sin agua en la que poder disfrutar de sus actividades. Un periodo de tiempo en el que, no obstante, se han visto sumergidos en algún indeseado charco derivado de esta situación. Desde la junta directiva de esta entidad expresan su «inquietud e insatisfacción» por el devenir de la puesta en marcha esta nueva instalación deportiva.

El Club Piscina Es Mercadal se encargaba de la gestión de la anterior piscina descubierta, que en 2020 ya no se pudo emplear por tenerse que destinar a la construcción de unas pistas de pádel. Las alrededor de 200 familias que disfrutaban en calidad de abonados de este espacio se quedaron sin lugar en el que practicar la natación, con la esperanza de que fuera una situación transitoria, de un solo verano. Por tanto, quedaron suspendidos los cursos que se solían organizar de aprendizaje y mantenimiento para todas las edades, así como la posibilidad de bracear por libre.

Desde el Ayuntamiento de Es Mercadal les propusieron, explican, que durante los tres meses del verano de 2021 el Club se encargara de la gestión de la nueva piscina, a modo de transición hacia la adjudicación definitiva de esta tarea. Comentan desde la directiva que era una buena opción, además de un valor añadido por si luego querían aspirar al concurso público, una fórmula que ya les generó algo de resquemor porque se habían hecho a la idea de que con el cambio de piscina no se modificaría el modo de gestionarla. Desconocen si las bases de este concurso les permitirán aspirar a hacerse con la gestión definitiva.

En los meses previos a la fecha prevista de apertura se activaron en el Club para que no les cogiera desprevenidos. Había mucho que preparar. Organizaron los cursos, admitieron reservas (matizan que no recibieron ni un solo pago) y apalabraron a media docena de personas que debían ser contratadas como socorristas o monitores, entre otras funciones.

Llegó julio de 2021, la obra se dio por acabada con un solemne acto, y comenzó el calvario para el Club Piscina Es Mercadal. Semana a semana la apertura efectiva del recinto se iba demorando, con los ya conocidos problemas en el acabado de las obras y en los posteriores trámites. Esta situación de permanente incertidumbre y aplazamientos incumplidos les obligaba, comentan desde la junta directiva, a ir reprogramando los cursos, a tranquilizar en la medida de lo posible a los profesionales en espera y a atender numerosas consultas, al igual que recibir alguna queja, por parte de los potenciales usuarios. «No desatendimos a la gente», aseguran, pese a que la demora no era cosa suya.

Hasta que el 15 de agosto arrojaron la toalla, «era demasiado desgaste». Algunos trabajadores ya habían optado por otros empleos y nadadores habituales les aseguraron que, con tanta espera, se habían quedado sin actividad ninguna, ni en Es Mercadal ni en ningún otro sitio. Y de momento nada hace pensar que vaya a abrir pronto. «La situación es bastante caótica, es una pena que no se pueda usar la piscina. Habría que preguntarse quién es el responsable de todo esto», afirman, «hemos salido muy perjudicados de todo esto».