El espacio no cuenta con ninguna medida de seguridad, ordenación ni vigilancia.

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Numerosas barcas se acumulan en invierno, sin orden ni medidas de seguridad, en las inmediaciones del aparcamiento para coches de Es Grau. Algunos vecinos del núcleo costero dejan allí sus embarcaciones con sus carros bien colocadas, pero al no existir ningún cerramiento ni delimitación les acaban acompañando no pocas unidades abandonadas, hacinadas, en evidente estado de deterioro.

Esta sensación de caos, de abandono, de dejadez, es terreno abonado para los ladrones. Los episodios de sustracciones de elementos como carros, lonas o distintas protecciones son continuados, permanentes. El último se ha producido en los últimos días, con el robo de tres curtés de un llaüt y la lona de otra barca. Hace unos años se retiraron algunas decenas de embarcaciones abandonadas, pero se han ‘reproducido’ con el paso del tiempo. Kiko Mercadal, presidente de la asociación de vecinos de Es Grau, comenta que «reciclar una barca es muy caro, por esto las dejan aquí, entre las otras».

La asociación reclama desde hace un par de años al Ayuntamiento de Maó que adopte una solución a esta caótica marina seca improvisada.Mercadal comenta que lo óptimo sería levantar un cerramiento al que cada propietario pudiera tener acceso, aunque al parecer el hecho de encontrarse el espacio en pleno parque natural lo dificulta. La posibilidad alternativa que se les ha planteado desde el Consistorio, explica, es la instalación de unas pilonas y unas cadenas que, como mínimo, aporten algo de orden.En las próximas semanas se prevé celebrar una reunión entre ambas partes para abordarlo.

Mercadal recuerda que la asociación vecinal de Es Grau ha abanderado recientemente dos grandes reivindicaciones. Una ya se ha ejecutado: el cerramiento para la recogida de residuos. Ahora espera que sea el turno del espacio terrestre para barcas.