Algunos nidos que han sobrevivido | Josep Bagur Gomila

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La destrucción de un nido de golondrinas no solo es un acto cruel sino que además es una práctica ilegal y con un efecto contraproducente para aquellos a quienes molestan estas aves insectívoras, tendrán que lidiar con los mosquitos y con una multa considerable. Aun así ha vuelto a suceder, los vecinos de un edificio de pisos en el Carrer des Melians de Alaior han puesto en conocimiento del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil la destrucción de cinco nidos de golondrinas con sus crías, que las aves habían construido bajo uno de los balcones. Precisamente ha sido el propietario del piso en cuyo balcón habían anidado el que llamó a la Guardia Civil y denunció en redes sociales este acto. Varios testigos, apunta en declaraciones a «Es Diari», atribuyen la acción al propietario de los bajos de la finca, que están alquilados.

«Las aves no hacían ningún daño a la fachada, estaban bajo mi balcón y no me molestaban en absoluto, me gustaba tenerlas allí, desde que anidaron no tenía mosquitos en casa, ayudan a controlarlos», explicó este miércoles José Luis Roldán, molesto y entristecido por lo sucedido. «Fue una pena, es indescriptible lo mal que lo pasaron las aves en busca de sus nidos destruidos, volando por alrededor del edificio, eso solo lo puede hacer un desalmado», explicó. Él mismo contactó con el cuartel de la Guardia Civil de Es Mercadal que a su vez «me dijeron que lo notificaban al Seprona». De momento no consta denuncia formal ante la Benemérita, aunque este vecino sí ha querido hacer público lo sucedido. Asegura que en el bloque hubo testigos de lo ocurrido y además alerta de que hay residentes en la zona que colocan discos CD en fachadas y balcones para que las golondrinas, aviones comunes y vencejos, todas aves paseriformes de la misma familia, se espanten y no aniden.