La presidenta Francina Armengol durante su intervención, que sirvió para cerrar el curso académico del Ateneu de Maó | Gemma Andreu

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Francina Armengol compareció la tarde de este miércoles en el Ateneu de Maó por voluntad propia para, a once meses de las elecciones, pasar balance público de su gestión. El diálogo en tres frentes, entre los partidos, las instituciones y la sociedad en actos como el de esta jornada, constituye la base de su manera de hacer, según explicó.

Esa premisa le ha llevado a «una forma de gobernar escuchando mucho a las partes y a una política desde el pacto y el acuerdo, aunque no siempre es posible», dijo. En su opinión, «la forma y el fondo son igual de importantes, con diálogo y consenso no puedes equivocarte tanto», admitió respecto a la forma.

En cuanto al fondo, citó las tres «sostenibilidades» en las que se ha basado su acción política. La social, en primer lugar, «para romper las inequidades y dar las mismas oportunidades». La económica, que hace posible la primera, y la ambiental, que da coherencia a las dos anteriores.

Pandemia

La crisis de la covid ha servido, entre otras cosas, para poner a prueba esos criterios. «Ha demostrado que la inversión en salud, que habíamos iniciado en 2015, cuando veníamos del despido anterior de 1.500 profesionales, fue un acierto», recordó. Balears es hoy «la primera comunidad en esperanza de vida, antes de la pandemia era la novena», afirmó.

También glosó su política educativa, con más inversión y una ley que garantiza los recursos necesarios, y un estrategia de formación profesional que ha aumentado un 35 por ciento la matrícula en esta enseñanza «con nuevas titulaciones y una integración laboral elevada». Otro dato del que se siente orgullosa es del 50 por ciento de caída del abandono escolar, que siempre se había citado como un reparo de la educación en las Islas.

Señaló entre los momentos más emocionantes de los siete años que lleva al frente del Govern la primera reunión con las asociaciones de inmigrantes para devolverles las tarjetas sanitarias. No fue el único, quitar el copago sanitario de la gente mayor, «que era un sistema injusto» y la aprobación pionera de la ley de renta social fueron otros dos.

Para llevar a cabo esa acción política «necesitamos una administración potente. Durante la covid todo el mundo ha pedido ayuda para salir adelante, lo público ha de ser fuerte, es lo que ayuda a romper la desigualdad», aseguró Armengol.

No omitió algunos de los retos del futuro inmediato. En vivienda pública, se está dando un gran paso, «pero ha de ser mayor para que la oferta ayuda a bajar el precio. En el campo se duplicará la ayuda con la nueva PAC y proyectos como Menorlac esperan lograr financiación europea.

Su reflexión fue más crítica al analizar el desarrollo de las energías renovables, «vamos atrás respecto a la media española», confesó, aunque hay 230 millones para invertir en este campo procedentes de los Fondoss Nex Generation. «Hemos abierto muchas líneas dirigidas al autoconsumo, pero el cambio climático no es una amenaza de futuro, está aquí», concluyó.