El Dr. Oppenheimer, al lado del Dr. Ramón Fernández-Cid y el alcalde Francesc Ametller. | Josep Bagur Gomila

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Federico Oppenheimer Salinas es médico nefrólogo del Hospital Clínic de Barcelona, donde ha sido jefe de servicio durante 25 años, además de dirigir l’Institut Clínic de Nefrologia i Urologia. Destaca por ser pionero en el trasplante de riñón de donante vivo y en trasplantes cruzados entre parejas que no son compatibles, fruto de una vocación médica incansable dirigida a mejorar la vida de los pacientes. Hay que sumar que en 2013 él mismo fue donante de un riñón a su hijo, afectado por una insuficiencia renal, viviendo la experiencia de sus pacientes.

Durante la intervención el viernes en les Tertúlies d’Estiu, en la Plaça de l’Església des Mercadal, presentado por el alcalde, Francesc Ametller, y el jefe de la UCI y coordinador de trasplantes del Hospital Mateu Orifla, el doctor Ramón Fernández-Cid, mencionó a los pacientes menorquines visitados en el Clínic de Barcelona, con un recuerdo por los que ya no están. Los pacientes renales son enfermos crónicos, y como tales, dijo, se establece con ellos un fuerte vínculo en la unidad donde son tratados.

Su especialidad es una medicina positiva, afirma, en el sentido de que se da una oportunidad a pacientes que están en tratamiento o diálisis. La esperanza se ha incrementado con los donantes vivos de riñón, puesto que con ello no hay que esperar la suerte de que aparezca la donación de cadáver compatible. Hoy en día, detalló, se pueden hacer trasplantes de donantes vivos sin compatibilidad inmunológica e incluso con el grupo sanguíneo incompatible, mediante un tratamiento. Si no, existe la posibilidad del trasplante cruzado, intercambiando parejas de donantes receptores.

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Llegada a la Plaça de l’Església, para dar la charla. | Foto: JOSEP BAGUR GOMILA
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La máxima calidad de un donante se da cuando es un hermano y ha tenido la suerte de heredar las mismas características inmunológicas. Pero el trasplante de donantes vivos es más fácil entre padres e hijos o entre cónyuges, porque las relaciones personales son distintas. Él mismo es ejemplo de lo que pueden hacer los padres por su descendencia, siendo donante de uno de sus riñones a su hijo cuando lo requiso una enfermedad renal que le afectaba. Ponía en práctica la frase de un profesor que afirmaba que si tenemos dos riñones es porque uno es para donar. Si bien Oppenheimer la matiza. «¿Se puede vivir con un riñón?». Evidentemente sí, manifiesta, si tienes dos que funcionan sobradamente bien.

Debates éticos

Venía con la experiencia la noche anterior de un trasplante de riñón procedente de cadáver a un paciente de 90 años, en lista de espera desde hacía tres. Lo explicó para plantear la pregunta de qué donante vivo puede tener una persona de esta edad. O de si sería ético sacar un riñón a un joven para trasplantar a una persona mayor. En todo caso, la esperanza de vida de un paciente en diálisis es más baja que la de una persona que ha recibido un riñón, si bien conforme aumenta la edad estas diferencias se acortan. Para hacerlo hay que estar en buenas condiciones, advirtió, pero no dejan de ser un riesgo la cirugía y las primeras semanas de tratamiento con inmunosupresores. De su experiencia personal como donante explica que aprendió a ser el padre que dona el riñón, más que el médico, puesto que delegó en el equipo que dirigía en el Hospital Clínic ambas intervenciones.

Admirando y agradeciendo aquí el papel de los profesionales de la salud.«El trasplante siempre es una oportunidad», afirmó. Y es importante por tanto hacer llegar esta idea al entorno de los pacientes, porque muchos de ellos no lo conocen, no saben o no quieren pediro. Para ser donante, dijo, el primer requisito es querer serlo. Lo segundo e igualmente importante es estar bien informando, conociendo bien oportunidades y riesgos. Porque no hay nada peor como médico de esta especialidad, se sinceró, que tener que dar la noticia al donante y al receptor después de ser intervenidos de que el trasplante no irá bien.

Sobre el trabajo de los coordinadores de estas unidades, en referencia clara al trabajo que realiza en el Hospital Mateu Orfila el doctor Fernández-cid, dijo que es gracias a estas figuras que España encabeza el número de intervenciones de este tipo.