Los vendimiadores de Son Cremat ya han recogido 3.000 kilos de uva Moscatel, una cantidad que permitirá elaborar 2.000 botellas. | Gemma Andreu

TW
4

La ausencia de lluvias y el calor del verano han provocado estrés en los viñedos y una alteración en los ritmos de maduración de la uva, que en algunos casos ya es apta para comenzar el proceso de elaboración del vino. «Las altas temperaturas han adelantado la maduración del fruto, que puede estropearse si sigue soportando este calor», explica Joan Fullana, propietario de Son Cremat, una pequeña bodega familiar situada en el término municipal de Maó.

Para no desperdiciar las uvas, cuenta, ya han empezado la vendimia. «Hemos recogido 3.000 kilos de uva Moscatel, que se caracteriza por su temprana maduración y delicadeza», afirma. Con esta cantidad, asegura, podrán elaborar unas 2.000 botellas de vino.

Aunque hay variedades que todavía no sirven para la producción de vino, los vendimiadores pronostican que también tendrán que recogerlas antes de lo previsto. «Entre el 8 y el 9 de agosto habremos terminado el proceso de recolección de la uva Chardonnay, cuando normalmente se termina a mediados de agosto», explica Fullana.

En los viñedos de Bodegas Binifadet, situadas en el municipio de Sant Lluís, se cultivan las variedades Chardonnay, Moscatel, Malvasía, Merlot, Syrah y Cabernet Sauvignon. Aunque allí todavía no ha arrancado la vendimia, Pau Puig, responsable de las bodegas, prevé que la recolección de uvas empezará entre el 15 y el 20 de agosto.

Reconocidas por ser una de las bodegas líderes en Menorca, Bodegas Binifadet ocupa una extensión de 12 hectáreas y su producción anual gira en torno a las 100.000 botellas, la mitad de todo lo que se produce actualmente en la Isla. Este año, a pesar de que aún es pronto para hacer previsiones, Puig cree que la cantidad no variará.

En el caso de Celler Solano, bodega dirigida por los hermanos Carles y Xavier Solano, también predicen comenzar la vendimia dentro de una semana o 15 días. «Empezaremos a recoger las variedades blancas, que son las que maduran antes», explica Xavier Solano.

Su viñedo se sitúa en Sant Climent y cultivan tanto las variedades blancas Chardonnay y Prensal como las variedades tintas Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah y Tempranillo. Este año prevén que la vendimia será mejor que el año pasado y que podrán producir alrededor de 15.000 botellas.

Vendimia de calidad

La alteración en los ritmos de maduración de la uva por el calor influye en el azúcar y ácido que se forma en el fruto. Sin embargo, esto no tiene por qué afectar negativamente a la uva. De hecho, Pau Puig explica que «la diferencia térmica entre el día y la noche propicia que el fruto desarrolle más piel» y esto, asegura, hace que «el vino que se obtiene después sea más bueno».