Bartolomé Truyol Pons, homenajeado con motivo de los 70 años de su incorporación al sector del calzado. | Sergi García

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Bartolomé Truyol Pons (Ferreries, 1935), conocido y apreciado como 'en Tolo des Molí', pertenece a la generación de la posguerra que vivió una época de dificultades y gran precariedad, pero tuvo la capacidad, el ingenio y la iniciativa para poner en marcha nuevas empresas en Menorca. Ha fallecido a los 87 años después de una trayectoria vital en la que dedicó su atención a la familia que formó con Eulalia Serra, y la industria del calzado como fundador de Calzados Ria Menorca una de las empresas del sector en la Isla que se ha consolidado con producto y marca propia al apostar por la fabricación en exclusiva de abarcas.

Ria Menorca tiene su origen en un pequeño taller que se abrió en 1947. Con experiencia como zapatero desde pequeño, Bartolomé Truyol fue uno de los fundadores de este negocio vinculado a la tradición y oficio del calzado, cuyos secretos transmitió a su hijo Carlos Truyol que en 1998 asumió la dirección de la fábrica.

El pequeño taller con el que empezó Ria se trasladó a unas instalaciones más amplias para atender el incremento de pedidos, y también para impulsar los primeros intentos de exportación.

«A diferencia de lo que sucede ahora con la mayoría de los jóvenes, Bartolomé Truyol dejó de ser niño a los doce años cuando empezó a trabajar en el sector de los zapatos», escribió Gabriel Moreno en mayo de 2017 con motivo del reconocimiento que organizaron su familia y amigos en el 70 aniversario de su incorporación al mundo laboral. Un homenaje que consistió en una escultura --una gran abarca-- frente a la nueva planta industrial de producción construida por Calzados Ria Menorca en el Polígono de Ferreries.

Introducido en el sector de calzado de la mano de un tío suyo, aprendió y perfeccionó su destreza en este oficio hasta los 20 años, cuando en 1955 y junto a cuatro socios más, fundó la empresa zapatera Tadmor. «Le pusimos este nombre por la leyenda de la Cova d'en Xoroi», explicó Bartolomé Truyol.

Seis años después se encontró solo frente a aquella fábrica al quedar sin socios, pero demostró su carácter perseverante y decidió continuar, hasta que, una década después, y ante la imposibilidad de materia prima, se vio obligado a interrumpir la producción.

Tolo Truyol no se desanimó y, ‘Fortuna audaces iuvat’, gracias a su seriedad y honestidad, su espíritu luchador y dedicación al trabajo, supo reinventarse al conseguir el apoyo y la confianza de varios comerciantes de Ciutadella que aportaron los recursos necesarios para reanudar la actividad manufacturera.

«Entonces me pasé mucho tiempo trabajando 16 horas al día, seis días a la semana, para devolver el crédito que había obtenido», manifestó. Durante la década de los 70 introdujo la mecanización en el proceso de producción, lo que permitió aumentar las ventas. Se especializó en el diseño y fabricación de abarca menorquina y fue empresa pionera en la Isla en producir esta calzado de manera industrial.

A principios de los 89, guiado por su buen olfato para el negocio en el sector del calzado, participó en una sociedad con otros empresarios para exportar a América. Se jubiló a los 65 años tras más de medio siglo de dedicación profesional a la producción de zapatos.

En 1998, su hijo Carlos Truyol asume la gerencia de RIA Menorca y apuesta por fabricar en exclusiva abarcas menorquinas. Todos los conocimientos como zapatero artesano del padre se combinan con el trabajo constante en diseño e innovación que introduce el hijo para crear colecciones que mantienen la esencia de este calzado tradicional, pero que se adaptan a las nuevas tendencias de moda.

En la actualidad Calzados Ria Menorca cuenta con una plantilla formada por un centenar de trabajadores, fabrica 300.000 pares al año y exporta a más de 50 países de los cinco continentes.

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Bartolomé Truyol, un hombre de carácter amable y tranquilo, que tuvo la satisfacción de constatar la continuidad de la empresa en una segunda generación familiar, afrontó con entereza el fallecimiento de su esposa, Eulalia Serra Bosch, con la que contrajo matrimonio en 1961 y fueron padres de cuatro hijos.

Hombre de firmes convicciones católicas, durante su juventud participó colaboró estrechamente con la Juventud de Acción Católica.

Desde febrero de 1974 y hasta 1979 fue concejal y segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento de Ferreries con el alcalde Francisco Huguet Cardona.

Concurrió a las elecciones municipales de 1979 como independiente y encabezó la candidatura de Coalición Democrática, formada por AP, PDP y el PL. Elegido concejal, fue el portavoz del grupo municipal de esta formación política y miembro de la Comisión Permanente del Ayuntamiento (junta de gobierno). Gestionó el área de Policía Local.

Según explica el historiador Jordi González en la historia de los concejales de Menorca, no volvió a presentarse a las elecciones municipales de 1983 porque se desengañó de la política. Pero mantuvo su militancia, primero en Alianza Popular y después, durante algunos años, en el Partido Popular de Menorca.

La misa exequial se oficiará en la tarde de este jueves, a las 19 horas, en la iglesia de Santa María de Ferreries.

Transmitimos nuestra condolencia, desde el diario MENORCA, a sus hijos Fanny, Joan y Emy, Joana y Joan, Carlos y Nuri; nietos Angels, Ben, Laia, Marc, Ana y Kike; hermanos Joan, Benjamín, Luciano, Xisca e Ignasi.