Los lavaderos de coches y las empresas náuticas son los grandes consumidores de agua por excelencia, ya que es el recurso sobre el que se basa su negocio | Paco Sturla

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El pasado 22 de julio, el Ayuntamiento de Maó emitía un bando    en el que instaba a todo el mundo a «colaborar» ante la «actual situación de escasez de agua».

A su vez, informaba de las medidas tomadas por la propia corporación municipal, entre las que se encontraban el suspenso del riego en diversos espacios públicos, como es el caso de rotondas y zonas ajardinadas. Simultáneamente, se anunciaba la paralización de las fuentes ornamentales.

Siguiendo el ejemplo del Ayuntamiento de Sant Lluís, Maó también identificó a los grandes consumidores privados para hacerles un llamamiento a que extremen las precauciones.

Tres semanas después, el conjunto de medidas aplicadas ha logrado «estabilizar» la demanda de los recursos hídricos, según la Teniente de Alcalde y de Medio Ambiente, Conxa Juanola. De esta forma, se ha aliviado la presión sobre los depósitos que abastecen a la localidad. En palabras de Juanola, todos han entendido «muy bien» la situación» y han respondido de «forma positiva».

Mecanismos de ahorro

Desde ámbitos como el sector náutico se ha intensificado el control en el uso del agua mediante la ampliación de la campaña «Cada gota suma», en marcha desde 2020. Ejemplo de ello sería el reparto de unos 600 difusores para mangueras entre las empresas marítimas del puerto de Maó, una operación llevada a cabo por Autoridad Portuaria.

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En palabras del responsable de Infraestructuras del puerto, Manel González, cada vez que se utiliza este dispositivo, se está consumiendo «un 10 por ciento menos de agua de lo que sería habitual». No obstante, González también lamenta la actitud de algunos marineros incívicos.    «He visto a algunos intentando darle golpes a la manguera para quitar el bloqueador mientras limpian sus embarcaciones», afirma.

Además, Autoridad Portuaria cuenta con la instalación de 112 contadores con telecontrol. Esta acción ha contribuido a detectar numerosos fugas en el último año y medio, algunas incluso submarinas. Al mismo tiempo,    también permite bloquear la avería al momento, evitando malgastar aún más agua.

Otro de los focos de atención durante esta crisis hídrica es el conjunto de centros de lavado de coches. Las diferentes empresas que operan en la zona de Maó ya se han reunido para determinar una serie de medidas con el objetivo de hacer un uso responsable del agua y apoyar la decisión del Ayuntamiento.

A la espera de una evolución favorable

La concejala de Medio Ambiente insiste en que la estabilización en el consumo es una «buena señal» que deja a todos «más tranquilos». Por el momento, se descarta tomar medidas más drásticas en las próximas fechas y se confía en «dejar las cosas así». Eso sí, todo depende de las posibles precipitaciones en forma de lluvia que se produzcan y de cómo evolucione el consumo en el corto y medio plazo.

En una época en la que son noticia los cortes de suministro en Ferreries, la crisis de la Comunidad de Regantes de Es Mercadal y la clausura de duchas en las playas de Ciutadella o Sant Lluís, la optimización de los recursos hídricos se presume fundamental para combatir la sequía en la Isla.