Según los estudios de Tursiops en la zona norte de Menorca está la única guardería de cachalotes del Mediterráneo occidental. | Tursiops

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Esta semana está previsto que se inicie la tramitación para declarar una Zona Marina Especialmente Sensible en el Mediterráneo occidental, por parte del Comité de Protección del Medio Marino (MEPC) de la Organización Marítima Internacional (OMI), un organismo de las Naciones Unidas.

La propuesta nace a instancias de los gobiernos de España, Italia, Francia y Mónaco y tiene como objetivo regular el transporte marítimo para compatibilizarlo con la conservación marina. No obstante, esta zona de protección no incluye el área de cría de cachalotes situada en el norte de Menorca, ni tampoco el área de importancia para mamíferos marinos declarada en 2017 para proteger a los cachalotes en el sur y en el este de Balears, según ha anunciado este jueves el Consell de Menorca a través de un comunicado.

Ante ello, el Consell de Menorca elevará en el pleno del próximo lunes una propuesta de acuerdo para instar tanto al Gobierno central como al Govern balear «a tomar las medidas necesarias para proteger el área de cría de cachalotes identificada en aguas del norte de Menorca» y se «busquen los mecanismos necesarios para garantizar su protección».

El equipo de gobierno recuerda que esta zona, según los últimos estudios de Tursiops, «es la única guardería de cachalotes del Mediterráneo occidental, una zona de cría y alta densidad de grupos sociales de esta especie», y que por tanto es «una área vital para el cachalote, una especie considerada en peligro en el Mediterráneo».

Además, temen que lo que tiene que ser «una medida inicialmente positiva para la conservación» pueda acabar provocando «consecuencias negativas para los cachalotes baleares». En este sentido, alegan que al no incluir estas áreas en la zona de protección «podría conducir a una intensificación del tránsito marítimo en estas zonas, y a aumentar el riesgo de colisiones con individuos de esta especie, especialmente en el caso de las crías, que permanecen gran parte del tiempo emergidas en la superficie».

Critica también que la propuesta inicial es «poco coherente con otras iniciativas de conservación del gobierno estatal, así como con el desarrollo en las Islas Baleares de un programa para la minimización de las colisiones de esta especie con el tránsito marino».