Benedicto XVI falleció este sábado a los 95 años de edad | ETTORE FERRARI

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La Catedral Basílica de Ciutadella acogerá este miércoles, 4 de enero, a las 19.30 horas, la misa funeral por el descanso eterno del papa emérito Benedicto XVI que falleció el 31 de diciembre en el Vaticano a los 95 años. Según informan fuentes del Obispado de Menorca, esta celebración exequial será presidida por el administrador de la Diócesis, Gerard Villalonga.

En un comunicado difundido este domingo, el obispado invita a toda la comunidad diocesana a orar, unidos a la Iglesia universal, por el eterno descanso de Benedicto XVI. Del administrador de la Diócesis y el Colegio de Consultores piden a «todos los sacerdotes, miembros de vida consagrada y al pueblo fiel que no cesen de encomendar en sus oraciones a quien fue constituido como sumo pontífice y pastor de la Iglesia universal».

Solicitan que «Dios le acoja benigno en su presencia y le premie su fidelidad en el cumplimiento de su delicada misión pastoral». Al mismo tiempo dan gracias a Dios por «su vida y ministerio, por la claridad de su doctrina y ejemplaridad».

El ejemplo del papa emérito

Según el administrador de la Diócesis de Menorca, que sigue en situación de sede vacante desde el traslado del obispo Francesc Conesa a Solsona en marzo pasado, «el retiro de Benedicto XVI en el Vaticano, dedicado principalmente a la oración ha supuesto un gran ejemplo para todos nosotros, que muchas veces corremos el riesgo de considerarnos imprescindibles. Este apartarse, cediendo el paso, quedando a la entera disposición de su sucesor el papa Francisco, ha merecido un reconocimiento general por parte de todos».

Gerard Villalonga evoca el «recuerdo imborrable del viaje que el papa emérito hizo a Valencia los días 8 y 9 de julio de 2006 para presidir el V Encuentro Mundial de las Familias, convocado por su antecesor Juan Pablo II antes de su muerte. Pude ayudar en el arzobispado en algunos asuntos relacionados con la visita, saludé al Papa personalmente y quedé impresionado ante la grandeza y humildad de Benedicto XVI».