Alertan de más casos de discriminación racial en el acceso a la vivienda en su entorno | Josep Bagur Gomila

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Una familia de sudamericanos que residen en Menorca desde hace 20 años lleva meses intentando buscar un piso. El contrato de alquiler de la vivienda en la que viven finaliza en unas semanas y están inmersos en una odisea para poder encontrar un inmueble. Cada vez que localizan una oferta y llaman a las inmobiliarias, «siempre nos dicen que todos los pisos están alquilados», comentan.

Una amiga (menorquina) les ha estado ayudando estos días con las llamadas «y a ella sí que le han ofrecido pisos y visitas», relatan. Sin embargo, «cuando ella aclaraba que los interesados en acceder a la vivienda eran unos amigos, saltaba la alarma y empezaban las preguntas: ¿quiénes son, de dónde son, tienen ingresos?», explican en conversación con «Es Diari».

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Al exponer que eran sudamericanos y que tenían recursos económicos, surgían «pegas» para ver los inmuebles y el catálogo de pisos disponibles se reducía. Han acabado considerando esta situación como «discriminatoria y racista» y han optado por denunciar el caso a través del Consejo para la Eliminación de la Discriminación Racial o Étnica (Cedre). Aunque formalizaron la queja a mediados de diciembre, «hasta ahora no hemos recibido ninguna respuesta», lamentan.

Alertan de más casos de discriminación racial en el acceso a la vivienda en su entorno. Cuentan el caso de un conocido suyo procedente de Italia y residente en Menorca. «Cada vez que llama le dicen que no hay ofertas disponibles, pero cuando llama su novia, que es menorquina, le dicen lo contrario», aseguran. El acento se convierte, en todos estos casos, en un obstáculo que, mediante una llamada telefónica, reduce las posibilidades de alquilar.