El acceso a la cueva natural de Cala Blanca, en Ciutadella, cerrado al público. | Josep Bagur Gomila

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Comienza abril, los hoteles adelantan su apertura, la operación salida de las vacaciones de Semana Santa está en marcha pero la Cova de s’Aigua de Cala Blanca sigue cerrada, pese a que cuando se inauguró en 2021 se presentó como un atractivo turístico capaz de desestacionalizar la actividad. En la página web de la Fundació Foment del Turisme de Menorca (FFTM) se informa de que la cueva está cerrada temporalmente y se programa su apertura para el sábado 8 de abril, una semana después del arranque de las vacaciones en comunidades como Madrid y Catalunya, emisoras de visitantes. Pero en realidad hace semanas que turistas del Imserso, personas que viajan a la Isla fuera de las fechas punta, y los propios residentes se acercan a las cuevas esperando encontrarlas abiertas o algún tipo de información sobre su funcionamiento, pero se marchan de vacío.

La directora de la Fundació, Elena Costa, explicó ayer que se están solventando cuestiones técnicas en el interior de la cueva y que esta se reabrirá al público lo antes posible, la fecha del próximo día 8 es orientativa, «si la revisión técnica finaliza antes, se abrirá antes», asegura.

Costa señaló que, después de permanecer cerrada durante todo el invierno, hay algunas «disfunciones» en el sistema eléctrico de la gruta y también se tienen que «ajustar los medidores» del gas radón que se genera en el interior de la cueva.

Esta situación no es nueva. El año pasado la Cova de s’Aigua ya retrasó su apertura por una avería. La Fundació, encargada de gestionar este elemento de atracción turística, tenía previsto que pudiera visitarse a partir de marzo de 2022 pero no abrió hasta mediados de abril por una avería, después de permanecer el primer invierno cerrada. Ahora vuelve a repetirse la situación, aunque esta vez con la Semana Santa iniciada, ya que esta se ha adelantado en el calendario. La Cova de s’Aigua se inauguró en abril de 2021 e inicialmente se proyectó para mantener las puertas abiertas al menos durante diez meses al año, desde febrero hasta noviembre, por su potencial de atraer visitantes durante la temporada baja. Otras cuevas de Balears, como las de Artà, del Drach, dels Hams, en Mallorca, o las de Can Marçà en Eivissa están a pleno rendimiento.