El joven educador social Jaume Galindo Palmer ofrece hoy su testimonio.

TW
0

Desde muy pequeño tiene una afición especial por un electrodoméstico imprescindible en verano, los ventiladores. A Jaume Galindo le encantan, los compra, repara, revende y colecciona. No es una afición muy habitual, y menos para un niño, por eso este joven educador social, que hoy participa en la jornada sobre el autismo para explicar sus vivencias, asegura de entrada que «yo nunca fui un chaval como los demás, no sufrí bullying pero me gustaba estar solo, iba a mi bola, no jugaba con el resto de niños porque me gustaban otras cosas». Su diagnóstico, ya en la adolescencia, es de rasgos compatibles con el síndrome de Asperger y Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC). Jaume sigue tratamiento y afirma que lleva «una vida normal y corriente».

¿Cuándo supo realmente lo que le pasaba?

—De pequeño los profesores repetían que no jugaba con los otros niños, que iba a mi aire, no tuve un diagnóstico del TOC hasta los 18 años. Cuando empecé la universidad, en ese momento se juntaron varias cosas, falleció mi abuela y tuve una explosión del TOC. A partir de ahí en Necesidades Especiales se dieron cuenta de que podía tener Asperger, me derivaron a Gaspar Hauser (centro para personas con autismo en Mallorca que funcionó hasta 2019), estuve allí unos meses hasta que cerró y desde entonces estoy en la Associació Asperger de Balears. Soy un poco la cara visible, organizamos actividades, salidas y excursiones.

¿Qué sucede con su trastorno obsesivo, qué pensamiento se repite en su cabeza?

—Me obsesiono con que, si no hago una determinada cosa, por ejemplo, repetir mentalmente una frase concreta, puede pasarle algo malo a mi familia, esa es mi preocupación. El TOC me impide concentrarme y prestar atención, porque te pasas todo el día pensando y eso no te deja descansar. Para cortar esos pensamientos obsesivos cada persona tiene su propio ritual (una acción que se repite para calmar la ansiedad). Yo actualmente estoy en tratamiento con un psiquiatra y va bien.

¿Qué quiere transmitir en esta jornada de concienciación?

—Básicamente que he tenido una vida normal y corriente, y que las cosas, luchando, se pueden hacer.

En su caso ha finalizado una carrera universitaria.

—Sí, he ido a la universidad en Palma y he estudiado el Grado en Educación Social, echando muchas horas. En 2022 acabé las prácticas, ahora estoy haciendo un curso del SOIB.

¿Cuáles son las carencias de atención a las personas con autismo o, en su caso, TOC?

—El mayor problema al que nos enfrentamos es que muchas veces no encontramos un profesional especializado, con la formación necesaria para poder abordar este tipo de casos.

¿Cómo debería implicarse la sociedad en su apoyo?

—Ofreciéndoles todas las adaptaciones necesarias que les permitan desarrollarse tal y como son, tanto en el mundo educativo como en el laboral. Por ejemplo, en el ámbito de los estudios, permitiendo a estos alumnos salir de clase sin problemas o tener más tiempo para hacer un examen.

¿Asistió a algún centro especializado durante sus etapas educativas?

—Yo siempre fui a un colegio normal, un centro concertado que está en Marratxí, que es de donde soy y donde vivo.

Algunos personajes famosos han sido diagnosticados de Asperger.Ahí están Elon Musk, Anthony Hopkins o Greta Thunberg. ¿Es positivo que den visibilidad a este trastorno?

—Dependiendo de cómo lo usen, si es para hacer el bien, si la vida les va bien sin hacer daño a los demás, el mensaje es positivo, pero si hacen lo contrario puede ser malo, que se asocie ese síndrome a algo negativo.

¿Ha cambiado la percepción y el tratamiento del TEA en los últimos años?

—Yo creo que sí, la gente está más concienciada, se da más visibilidad y se empieza a entender lo que realmente es este trastorno del espectro autista.

¿Ha aumentado el número de casos porque hay más prevalencia del trastorno o por la mejora en el diagnóstico?

—Ambas cosas, hay más niños afectados y se está diagnosticando más, ahora se va conociendo más lo que es el TEA, la sociedad va avanzando y como hay más conocimiento, se pueden asociar más características y formas de comportamiento a los distintos grados del espectro autista.

Ahora que ha finalizado sus estudios ¿piensa aplicarlos en este campo?

—Sí. Me gustaría trabajar en educación social y ayudar a las personas que lo necesitan, en una asociación, en un centro educativo..., donde surja la oportunidad.

¿Qué papel ha jugado su familia en su proceso personal?

—Siempre me ha ayudado, mi familia está a mi lado y es mi mayor apoyo.