Con 26 años, nacida en Alaior, posa frente a Bostalsee, un embalse en Nohfelden (Sarre).

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Núria Pons tiene 26 años y, aunque es de Alaior, creció entre Menorca y Mallorca. Instalada en Sant Lluís, estudió Bachillerato Social y Humanístico en el IES Cap de Llevant y, en 2015, empezó un doble grado en la Universitat de Girona para obtener la titulación de maestra de Educación Infantil y Primaria. Después de varios años realizando prácticas en diferentes escuelas, se mudó a Alemania en abril de 2022. «La calidad de vida aquí es impensable en la Isla o en el resto de España», reconoce Núria, que trabaja como maestra en una escuela infantil de Frankfurt.

La oportunidad de residir y trabajar en el país germano surgió mientras cursaba la primera promoción de Integración Social en Menorca para complementar su formación como educadora. «Me apunté a una oferta de empleo en una plataforma online, pero sin muchas esperanzas porque había mucha gente inscrita». La dificultad para trabajar en aquello que había estudiado se desvaneció cuando pasó el proceso de selección. «La empresa me ofreció un curso intensivo de alemán para aprender el idioma, un contrato indefinido con un salario atractivo y, además, me facilitó el alojamiento», explica.

Las condiciones laborales y la estabilidad económica que ha conseguido allí es lo que más le llama la atención. «En la escuela somos tres maestras para doce niños de entre 0 y 3 años», cuenta. Después de un año de trabajo, pasará a ser considerada empleada pública y su sueldo aumentará. «Ahora me mudo a otro piso y puedo pagarlo sola, he conseguido una autonomía inimaginable», admite.

Revela que la emigración es «un proceso de subidas y bajadas emocionales». Echa de menos Menorca, «sobre todo porque los inviernos en Alemania son larguísimos». Pero confiesa que la respuesta a si volvería a la Isla «cambia de una semana a otra».