El tráfico es una fuente evidente de ruido. | Josep Bagur Gomila

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¿Cómo suena Menorca? ¿A qué suena la Isla? ¿Qué ruidos perturban su silencio? Esto es lo que quiere conocer con detalle el Consell y para lograrlo ha iniciado el proceso de contratación de un estudio sobre la situación acústica de Menorca, a lo que destina una partida de 14.500 euros, más el IVA correspondiente.

Según se recoge en la propuesta de contrato, el estudio debe mostrar la «realidad acústica actual», diferenciando las diferentes zonas del territorio, los niveles de ruido que en ellas se producen y su origen. Estos ruidos pueden ser ocasionados, por ejemplo, «por las infraestructuras viarias, aeroportuarias, portuarias o industriales, y de ocio». El objetivo final de este encargo es poner las bases para «evitar, prevenir o reducir la contaminación acústica a la que está expuesta la población».

El resultado del estudio se debe plasmar en un «mapa de ruidos de Menorca», que recogerá los que se producen durante un año completo «para los periodos día, tarde y noche y las principales fuentes de ruido presentes en la Isla, como tráfico rodado, tráfico aéreo, ruido industrial y actividades humanas». Lo que el mismo Consell define como «una cartografía sonora», es decir, «la exposición de la población a la contaminación acústica». El mapa incluirá tanto las zonas urbanas como las naturales y protegidas.

Este trabajo está relacionado con la estrategia de descarbonización de cara a 2030, la implantación de zonas de bajas emisiones en Balears y las convocatorias de fondos europeos Next Generation. El Consell indica que esta iniciativa se emprende la mano de los ocho ayuntamientos de la Isla.