Centro logístico de Madrid, ubicado en un polígono de Pinto, en un punto estratégico entre la M-50 y la autovía de Andalucía, operativa desde enero. | R.L.

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Mascaró Morera acaba de estrenar una nave en Valencia tres veces más grande de la que tenía y en enero cambió su centro logístico de Madrid por uno que multiplica por cinco su capacidad. Son las dos últimas referencias de la expansión por toda España que ha emprendido la empresa menorquina de logística.   

Antequera (Málaga) y Alicante son otras dos bases desde las que opera, en ambas dispone de una nave de 500 metros cuadrados. A Zaragoza y el País Vasco realiza    rutas dos o tres veces por semana. En la zona franca del puerto de Barcelona, cerca de Mercabarna, dispone de una Zona de Actividad Logística (ZAL) de 4.000 metros cuadrados. Esa es de momento la red que describe su radio de operaciones por la Península.

El rombo con la doble ‘M’, el logotipo de la marca, cada vez es más visible por la red viaria nacional. Mascaró Morera compite en el mercado de la logística con los grandes grupos del transporte como respuesta a la creciente demanda de sus servicios, «el incremento entre el año 21 y el 22 ha sido del 32 por ciento», precisa Lluís Moll, gerente de la firma.

Mallorca constituye el otro frente en el que ha ganado más presencia. Si la construcción del dique de Son Blanc fue visto inicialmente como una plataforma de desembarco mallorquín, Mascaró Morera lo ha aprovechado    en sentido contrario, hoy se ha hecho ya con una cuota de casi el diez por ciento y está próximo al liderazgo de ese mercado. Ha consolidado su actividad en el siempre difícil territorio vecino y se ha ganado el respeto de sus competidores, «digamos que los mallorquines nos han adoptado», comenta con ironía.       

34 años

Mascaró Morera nació en 1989 con vocación inicialmente de ámbito local, pero las necesidades de los clientes, las circunstancias y la evolución de un sector estrechamente vinculado a la condición insular le han llevado a ampliar horizontes.

El gerente no señala ningún sector concreto como motor del incremento, aunque en el mercado interior lo sitúa en la carga no perecedera. En el externo, la mercancía congelada por debajo de -20 grados, los refrigerados entre -2 y -4 y la fruta a más de ocho grados han recibido un fuerte impulso el último año.

El crecimiento ha sido sostenido durante estas tres décadas, si bien ha sido más notable el último año, en el que la facturación ha aumentado un 25 por ciento respecto al 21, segundo año de la covid. «Durante el confinamiento, que paró la actividad en hostelería y restauración, habíamos bajado un diez pro ciento», admite Moll.

El éxito de Mascaró Morera radica en dos criterios elementales de toda empresa, dar buen servicio y crecer en función de la demanda. No se ha propuesto competir con los grandes grupos del transporte que dominan el mercado nacional e internacional, «pero sí queremos llegar a aquellos puntos donde nos reclamen y dar servicio en toda España», declara Lluís Moll, aunque la expansión implique endeudamiento.