Vivienda vacacional con césped en el jardín, en una urbanización de la costa de Sant Lluís.    | Gemma Andreu

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El Ayuntamiento de Sant Lluís ultima una nueva ordenanza municipal que bonificará a los propietarios que sustituyan total o parcialmente el césped de sus casas y chalés en la costa por otros elementos que no precisen tanto consumo de agua, como vegetación autóctona, suelo sintético o gravilla. La línea de ayudas será incluida en la futura normativa, que ya se ha empezado a redactar.

El objetivo de la iniciativa es reducir de forma drástica el riego de zonas ajardinadas privadas. Esta medida se sustenta en la detección de puntas de consumo durante la madrugada, que correspondería al riego programado de jardines situados en el litoral.

«Se trata de un uso pernicioso, pues el agua que se infiltra en la tierra de estos jardines va a parar directamente al mar y, por tanto, no vuelve al acuífero para su reutilización y la perdemos», razona la alcaldesa Carol Marquès. «La idea -insiste- es que quien quiera mantener el césped solo pueda regarlo con agua depurada, lo que nos obligará a ampliar las vías de canalización».

De hecho, los vecinos de Punta Prima y Biniancolla -donde ya existen estas conducciones- deberán conectarse forzosamente a la red de agua depurada a pie de calle para regar sus jardines.

El gobierno municipal también incluirá otras medidas para limitar la superficie de las piscinas y obligar a que se tapen en invierno para que no precisen limpiarse tanto.

Asimismo, el Ayuntamiento promoverá la canalización del agua de lluvia en el pueblo y el polígono con el objeto de conducirla hasta un tanque de tormentas lo suficiente grande para concentralas y hacer que se infiltren en el acuífero.

De momento, ya se ha empezado a revisar el sistema tarifario para penar con multas de mayor cuantía a los grandes consumidores. Estos estarán obligados también a redactar su propio plan sostenible del agua que justifique su utilización.

La Dirección General de Recursos Hídricos del Govern sigue de cerca las intenciones del Consistorio, con el que ya ha mantenido algunos contactos tendentes a controlar de un modo más eficiente el consumo de agua. Sant Lluís es, junto a Ciutadella, uno de los municipios de Menorca más castigados en este sentido por la saturación turística.

Precisamente, la preocupación en torno a la gestión del agua en el municipio se ha extendido a la población escolar. Los delegados de los colegios de Sant Lluís han hecho llegar esta semana sus propuestas al equipo de gobierno, aprovechando una reunión monográfica del Consell Infantil.

El apunte

Carol Marquès: «Cabe racionalizar el consumo y cuidar más el acuífero»

La alcaldesa Carol Marquès espera que las medidas «contribuyan a racionalizar el consumo y cuidar más el acuífero. Así nos comprometimos con la aprobación del plan de gestión sostenible del agua y trataremos de que la futura ordenanza sea lo más efectiva posible».

Marquès, quien confía en poner en funcionamiento a medio plazo la nueva comunidad de regantes para proveer a las fincas del municipio, espera que se incentive así el riego con agua depurada.

Varias de las medidas precisarán modificar el planeamiento municipal, un trámite que la alcaldesa confía en realizar aprovechando la adaptación al nuevo Pla Territorial Insular (PTI) que el Consell aprobará este próximo mes de mayo.