El aparcamiento, con 190 plazas sin la ampliación, visto desde el puente sobre el río. | Gemma Andreu

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Cala Galdana, una de las urbanizaciones con mayor capacidad de alojamiento y punto de visita turística obligada, volverá a vivir un verano sin espacio suficiente para aparcar. El proyecto de ampliación del aparcamiento ubicado entre el río y el hotel Cala Galdana tampoco ha sido ejecutado durante el invierno pasado.

El aparcamiento público dispone de 190 plazas, el Ayuntamiento de Ciutadella aprobó en enero de 2021 una ampliación en 66 plazas y el Consell asumió la contratación de la obra. La Demarcación de Costas, que debía conceder autorización, no dio el visto bueno hasta abril del año pasado, en los albores de la temporada, por lo que se decidió posponer la contratación.

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«No se ha movido nada»

Pero pasó aquel verano, pasó el invierno, ha llegado de nuevo la temporada turística y la situación es la misma. «No se ha movido nada», confirmaron a este diario desde el Ayuntamiento de Ciutadella, mientras desde la Conselleria de Movilidad no se ofrecen ni respuesta ni explicaciones sobre la demora.

No se trata de una obra de gran envergadura, el plazo de ejecución no supera los tres meses y para su financiación cuenta parcialmente con el fondo de compensación por la quiebra del turoperador Thomas Cook, dotado con 1,4 millones. Los trabajos estaban presupuestados, tras la última revisión, en 350.000 euros. Si en mayo de 2022 se entendió el aplazamiento, no se entiende que se haya llegado a mayo de 2023 sin la obra realizada.

El proyecto supone ampliar la capacidad pero sin superar el perímetro que ocupa actualmente. ¿Por qué no se hizo durante el invierno? Al menos, en la previsión de obras a contratar por Movilidad en 2023 aparece esta con un presupuesto ampliado también hasta los 400.000 euros.

El apunte

Más tráfico secundario y más molestias para vecinos y turistas

A falta de sitio donde dejar el vehículo al llegar al entorno de la playa, los conductores buscan destino recorriendo calles de Serpentona y el vial paralelo al río. Se genera un voluminoso tráfico secundario cuya consecuencia es múltiple, incomoda a los propios conductores, genera contaminación, molesta a vecinos y turistas y menoscaba la imagen de calidad asociada a Cala Galdana.
A la elevada afluencia de visitantes que recibe esta urbanización se suma la de los turistas que usan Cala Galdana como base en la que dejar el vehículo para llegar después andando hasta Macarella, una de las excursiones más habituales de la costa menorquina. Absorber toda la demanda que se genera en este punto es ya de por sí difícil de gestionar, máxime si no se actualiza.