Vecinos mayores de 65 años de las viviendas públicas se reúnen para desayunar juntos -un buen surtido dulce y salado- y sobre todo para charlar, conocerse un poco más y pasar el rato juntos. | Gemma Andreu

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Antonia, Mercè, Albert, Clara, Estela, Tomás, Marianela o Estela residen desde hace apenas dos meses en alguno de los 40 apartamentos de alquiler del Ibavi de la calle Borja Moll de Maó y ahora empiezan a disfrutar de actividades conjuntas en los amplios y luminosos espacios comunes de la planta baja. El pasado martes, la primera reunión social en la cocina-comedor de estas viviendas dotacionales, fue un desayuno compartido donde cada persona aporta lo que quiere y en el que participaron nueve vecinos, todos ellos mayores de 65 años, uno de los requisitos para residir en 30 de las viviendas. Los otros 10 apartamentos están habitados por jóvenes menores de 35 años pero ninguno de ellos acudió al desayuno por incompatibilidad horaria con sus trabajos.

Relaciones vecinales

Clara, una de las vecinas, explica jovial que «va muy bien con los jóvenes, son personas que trabajan y son educadas. Va bien, son amables cuando nos ven y muy bien» pero al desayuno no han podido acudir porque todos trabajan, dice. Y añade, respecto a la relación con todos los vecinos, que «por mi parte me llevo bien con todos e intento que haya algún rato de... procuro ayudar a tranquilizar porque han habido algunos que tienen pegas, pegas, pegas… y viven las pegas… y bueno, es muy al principio, nos tenemos que conocer todos y por eso montamos el desayuno e intentaremos que se continúe».

Ella misma tras desayunar escribe en el tablón de anuncios del vestíbulo una reseña del encuentro diciendo que ha sido muy agradable y emplaza a los que no han asistido a acudir el próximo martes.

Las circunstancias personales y los hábitos de cada uno son muy diversos y entre los mayores que estrenan estos apartamentos hay quien no llega a los 70 años y quien pasa de los 90; los que tienen buena salud, física y mental, y quien padece enfermedades o minusvalía de hasta el 80 por ciento.

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Además, cada persona ha vivido su vida, sus experiencias y sus relaciones familiares hasta que han llegado a vivir en estos apartamentos, donde cada uno tiene su espacio pero hay también espacios comunes como el gran patio semipúblico de la entrada -donde está previsto instalar próximamente bancos, papeleras y aparcabicis según informa el arquitecto Vicent Jordi- , el vestíbulo y las zonas de paso, la zona de lectura, una sala polivalente, el cuarto de lavadoras y terrazas en distintas plantas.

«Aquí nos tenemos que relacionar mucho, no es como un bloque de pisos que cada uno entra y sale…» añade Clara, «la idea es que hay zonas comunitarias para relacionarnos... también hay una sala que aún no se usa pero habíamos hablado con Ana a ver si podríamos hacer a partir de septiembre u octubre algo de ejercicio allí».

Ana es la empleada del Ibavi que atiende a los vecinos, en los aspectos sociales, pero esta semana está de baja por enfermedad. Por otro lado, el jueves 1 se realizará una visita por parte de personal técnico del Ibavi a todos los pisos para revisar las posibles deficiencias que haya aparecido.

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Apartamentos

Otra vecina, Patro, de 75 años, dice estar muy contenta en su nueva vivienda. «Estoy encantada, sobre todo con el ascensor y porque el piso tiene mucha luz». Su apartamento, como el de la gran mayoría, es de una sola habitación, aunque bastante amplia y con armario, una entrada-comedor-cocina con un balcón y un baño completo con ducha de plato, inodoro con chorro de agua y lavabo, más un espacio intermedio para la lavadora, si se desea. Todo ello con aire acondicionado frío y caliente, ventilador en el techo, carpintería de madera, persianas exteriores para el sol, cocina de vitrocerámica, horno, campana y acabados en blanco y gris.

Patro apunta que vino «por el ascensor y porque no podía pagar más alquiler que el que pago aquí». Después de trabajar toda la vida sus piernas ya no podían casi subir a su antiguo quinto piso sin ascensor. Lo de socializar con los vecinos es una novedad y al desayuno de esta semana no ha bajado porque le gusta despertarse a su ritmo y desayunar a su aire, dice. Su dormitorio y balcón miran hacia el este y el sol le despierta en la cama.

El apunte

El modelo pionero con jóvenes y mayores que se repite en Es Castell

Las llamadas viviendas dotacionales del Ibavi (Instituto balear de vivienda), son pisos de protección oficial en régimen de alquiler que combinan en un mismo edificio personas mayores de 65 años con jóvenes de menos de 35.

Este nuevo modelo se repite en las viviendas que el Ibavi construye en el clot de Santa Anna, en Es Castell, en un solar cedido por el Ayuntamiento. En el caso del edificio de Borja Moll/Sant Ciril de Maó, también sobre una parcela del Ayuntamiento mahonés, son 40 apartamentos en total, con la mejor eficiencia energética por disponer de aislamiento de 12 dentímetros, climatización por aerotermia y placas fotovoltaicas.

Los jóvenes asumieron el compromiso de dedicar algo de su tiempo al acompañamiento de los mayores pero no se ha realizado aún ninguna actividad dirigida por el Ibavi.