La humanidad produce más de 430 millones de toneladas de plásticos al año. | Foto: INSIDECREATIVEHOUSE/ADOBE STOCK/WEB DE NACIONES UNIDAS

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Vivimos en mares de plástico. La humanidad produce más de 430 millones de toneladas de este material al año, dos tercios de los cuales son productos de vida corta que en poco tiempo se convierten en desechos, inundan océanos e invaden la cadena alimentaria. Y menos del 10 por ciento se recicla. Además, la ONU, a través del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, estima que entre 19 y 23 millones de toneladas de desechos plásticos terminan en el mar, con consecuencias muy perjudiciales para los ecosistemas.

El Día Mundial del Medio Ambiente, que se conmemora este lunes, se dedica a este grave problema. Se cumplen 50 años de su implantación, ya que Naciones Unidas lo instauró en 1973 convirtiéndose en una de las plataformas mundiales con mayor alcance en favor de las causas ambientales. «El flagelo de la contaminación por plásticos es un peligro visible que afecta a todas las comunidades del mundo», declara el gobierno de Costa de Marfil, el país anfitrión de la efemérides. Ha sido elegido porque en 2014 prohibió el uso de bolsas plásticas y, desde entonces, ha estado apoyando la transición hacia envases, envoltorios y embalajes reutilizables. Además, el Día Mundial del Medio Ambiente cuenta este año con el apoyo de Países Bajos, un país que ha implementado medidas ambiciosas relativas a todo el ciclo de vida del plástico.

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Es un material asequible, duradero y flexible que está omnipresente en la vida moderna, desde los embalajes hasta la ropa y los productos de belleza. Sin embargo, se desecha a una escala descomunal. A diferencia de otros materiales, el plástico no se biodegrada. Puede tardar cientos de años en descomponerse. Esta contaminación asfixia a la fauna, deteriora el suelo, envenena las aguas subterráneas y puede causar graves consecuencias para la salud humana.

Microplásticos en el Canal de Menorca

Los plásticos no solo rebosan en los vertederos de basura, invaden los océanos y producen humo tóxico, sino que están en los alimentos, el agua e, incluso, el aire. La ONU alerta de que las personas pueden llegar a ingerir 50.000 partículas cada año a través de los denominados microplásticos, pequeñas porciones de un diámetro inferior a 5 milímetros que proceden de todo tipo de materiales, desde neumáticos hasta productos de belleza y tejidos sintéticos.

Un trabajo de investigación demostró una cifra alarmante de microplásticos en el Canal de Menorca, un área marina de alto valor ecológico y ambiental. Lo cifraba en 752 millones de partículas que, al peso, suponen 3,7 toneladas de pequeños trozos de plásticos. El estudio muestra que los valores medios recogidos por kilómetro cuadrado son de 220.000 partículas, equivalentes a 1,1 kilos.

Acciones pioneras desde la Isla

Las valientes decisiones tomadas por países como Costa de Marfil o Países Bajos no nos son nuevas. Balears también ha tomado cartas en el asunto en esta cruzada contra los plásticos con la aprobación de una nueva Ley de Residuos pionera que pone coto a los artículos de un solo uso realizados con este material. Los prohíbe con el fin de eliminarlos de nuestra vida diaria. En Menorca, la generación de residuos plásticos per cápita se aproxima a la media de Europa occidental con 60 kilos por persona al año, tal como lo recoge el Plan de Acción para la Reducción de la Contaminación por Plásticos. Los niveles de recogida selectiva de envases ligeros son bastante bajos. Menos del 30 por ciento del consumo total estimado de envases ligeros se recoge de forma separada.

La Isla ha liderado proyectos en los que los plásticos se han situado en el centro de la diana. Uno de ellos es Microplastic Watchers, una iniciativa para la concienciación que está integrado en la plataforma de Observadores del Mar. Su objetivo es recoger datos de presencia y abundancia de micro y mesoplásticos en el medio marino para trabajar en el diagnóstico y la sensibilización de este problema global. Los participantes recopilan datos en unas playas concretas siguiendo un protocolo científico de muestreo y clasificación de plásticos de diferentes tipos y medidas.

Los datos, playa por playa

El GOB, junto con varios centros educativos, colabora analizando la arena de las playas de Algaiarens, Son Bou y Es Grau, esta última incorporada recientemente. Según los primeros datos recogidos, hay que señalar que la concentración de microplásticos, sobre todo pellets, es más elevada en La Vall, con 171 fragmentos plásticos por cada metro cuadrado, a pesar de que en Son Bou, un arenal de casi 2,5 kilómetros de longitud, podrían encontrarse más de un millón y medio de residuos plásticos a la arena. En Es Grau, el último recuento ha desvelado 25 fragmentos por cada metro cuadrado de playa. Esta actividad está organizada por el GOB en el marco del proyecto Plastic Free Menorca-Menorca Sin Plástico, promovido por Menorca Preservation y la Alianza Menorca Sin Plástico.

Interesante es también la propuesta de Leader Menorca para que el sector pesquero sustituya los capcers de porexpan por boyas sostenibles. Se han distribuido 485 balizas entre las 38 barcas de artes menores que están activas en la Isla. Se dejarán de utilizar unos materiales que, con el tiempo se desintegran y son fuente de microplásticos.

PescART Menorca es otra iniciativa cuyo objetivo radica en convertir las redes de pesca desechadas en nuevos productos comercialmente viables. En este sentido, el proyecto fomenta la economía circular. Por un lado, se evita generar un residuo, aprovechándolo como materia prima para nuevos productos comercialmente viables. Y, por el otro, se impulsa la generación de empleo y economía verde, uniéndolo a acciones de integración social.

El apunte

Un plan de acción contra los plásticos en turismo, pesca y gestión de residuos

Menorca dispone de un plan de acción para reducir la contaminación por plásticos de cara a 2030. Ha sido elaborado conjuntamente por el Centro de Cooperación del Mediterráneo de la UICN y las ONGs que forman parte de la Alianza Menorca sin Plástico. Este documento pretende actuar sobre tres sectores: el turismo, la pesca y la gestión de residuos. De forma concreta, se marca disminuir el consumo de plásticos de un solo uso en un 50 por ciento en el sector turístico, reducir la producción y el consumo de plástico en un 20 por ciento y aminorar la contaminación por microplásticos y nanoplásticos en un 25 por ciento, entre otros. En cuanto a la pesca, su objetivo es reducir las fugas de plástico en un 30 por ciento en este sector. Y para la gestión de residuos, las acciones se centran en atajar en un 20 por ciento las fugas, reducir la contaminación por microplásticos en un 25 por ciento, así como aumentar la segregación y el reciclaje de este material en un 90 por ciento.