Un paciente en un centro de salud de Menorca. | Gemma Andreu

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La tendencia al aumento de usuarios de la sanidad pública continúa, con una curva ascendente imparable en la última década salvo entre los años 2013 y 2016, cuando se estancó la demanda; de ahí en adelante el incremento de titulares de tarjetas sanitarias individuales no ha cesado hasta llegar a las 92.551 actuales, casi cinco mil más que en marzo de 2020, cuando había 87.956 usuarios.

El IB-Salut distribuye esas tarjetas entre cinco zonas básicas de salud: las 28.988 de Canal Salat, el centro de salud con mayor demanda y que comprende el municipio de Ciutadella; la zona de Dalt Sant Joan en Maó, con 25.425 tarjetas y que incluye las unidades sanitarias de Sant Lluís y Sant Climent. En este municipio hay otros 18.380 usuarios adscritos al segundo centro de salud, Verge del Toro, que incluye la unidad básica de salud de Es Castell; y por último están Es Banyer en Alaior, con 13.559 tarjetas, y el centro de Ferreries con 6.199 titulares. Hay que tener en cuenta que la zona de Es Banyer comprende las tarjetas asignadas en las unidades de salud de Es Mercadal, Fornells y Cala en Porter, y lo mismo sucede con Ferreries, que incluye la unidad de Es Migjorn Gran.

La distribución de las tarjetas sanitarias por edades confirma el cambio en la pirámide poblacional detectado en los últimos años, más adultos y ancianos y menos niños, con un 13 por ciento de tarjetas de usuarios pediátricos –bebés, niños y adolescentes hasta los 14 años–, en 2023 frente al 16 por ciento que había al inicio de la década, en 2013. Un envejecimiento poblacional que se nota en las consultas.

Sin embargo, según la relación de puestos de trabajo del Área de Salud que figura en los presupuestos de este año, el número de médicos de Atención Primaria, la plantilla orgánica autorizada no ha variado, más allá de los refuerzos puntuales: se cuenta con un total de 58 profesionales entre médicos de familia y pediatras.

El delegado del Sindicato Médico de Balears (Simebal) en Menorca, Claudio Triay, valora estas cifras de tarjetas y personal con preocupación, «se ponen más recursos basados en los datos pero se quedan insuficientes desde el primer día, no deja de crecer la demanda y de ahí las esperas en Atención Primaria», asegura, que son de entre una semana y diez días. Triay añade que no es un problema exclusivo de Balears, es general, y reivindica una vez más el incremento del presupuesto de salud «que no supera el 15 por ciento del presupuesto total y debería de ser como poco del 25 por ciento, si no se dota a la Atención Primaria se cae el sistema, o hay un cambio de modelo o tendremos un problema grave a cortísimo plazo», advierte.