Ribera norte del puerto

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El GOB Menorca, como ya ocurrió con Cala Corb, denuncia un nuevo impacto sobre el medio ambiente de una actuación de Autoridad Portuaria de Balears en el puerto de Maó. En concreto, la entidad ecologista se refiere al concurso público para la gestión de los amarres de la ribera norte y en las inmediaciones de la Illa del Rei.

El GOB afirma que los pliegos de condiciones contemplan una ampliación del volumen de amarres ya que «a los 390 que existen en estos momentos, se podrían llegar a añadir unos 250 más», lo que implica «un gran número de nuevas embarcaciones, cuando Menorca dispone de un estudio de capacidad de carga náutica que demuestra que el litoral de la isla ya está saturado desde hace más de 10 años» y efectos en zonas «sobre las cuales no se han hecho estudios de valores naturales».

La entidad ecologista añade que el concurso contempla también la instalación de minidesaladoras para servir agua en las embarcaciones, aunque «no se explica qué se piensa hacer con el agua de salmuera». Teme que se acaben vertiendo en el puerto.

Es crítico el GOB con «la dinámica de pretender continuar creciendo cada año en nuevas infraestructuras y, además, hacerlo sin tramitar previamente estudios de impacto ambiental» ya que «sirve en bandeja la previsión de nuevos conflictos ambientales», como ocurrió en Cala Corb. El GOB ha pedido que cualquier nuevo pantalán se haga con sistema de pilones y fingers (y no de muertes con cadenas) para reducir la afectación al fondo marino, que en la concesión de amarres se dé prioridad a las embarcaciones de construcción tradicional, vela o motor eléctrico, y que no haya más amarres próximos a las zonas donde se hace marisco dado que hace falta una agua con buenas condiciones, entre otras cosas.