La zona del agua contaminada ha sido acordonada con la prohibición de bañarse. | Josep Bagur Gomila

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Las analíticas de las aguas del Prat de Son Bou indican claramente contaminación fecal, por la que la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (Adeac) ha comunicado al Ayuntamiento de Alaior la necesidad de arriar la bandera azul hasta que se controle dicha contaminación y de prohibir el baño en esa zona.

Por contra, las analíticas realizadas a las muestras del agua de mar en la playa han constatado el excelente estado de las mismas, lo cual parece indicar que el foco de contaminación del Prat no afecta a la calidad de las aguas de baño.

La denuncia a Adeac de un residente en Torre-solí sobre la coloración y el estado de las aguas del Prat de Son Bou, acompañada de varias fotografías, propició que la citada asociación solicitara al Ayuntamiento de Alaior la realización de una serie de análisis de las aguas del Prat de Son Bou y de la zona de baño del citado arenal.

Zona acordonada y prohibido el baño

La recogida de la muestra tuvo lugar el pasado 26 de junio, a las 6.50 horas, y el control microbiológico determinó un valor de 18.000 de Enterococos intestinales, lo que confirmaba la contaminación fecal de las referidas aguas. El Ayuntamiento procedió a acordonar la zona afectada y prohibir el baño.

Además, Adeac comunicó al Ayuntamiento de Alaior la necesidad de arriar la bandera azul, que certifica las óptimas condiciones de las aguas para el baño, distintivo que podrá ser nuevamente izado una vez que se haya restaurado la calidad del agua.

Punto de vista

El vecino que denunció la situación sostiene que es un problema reiterado

El ciudadano que ha denunciado la existencia de aguas contaminadas en el Prat de Son Bou señala que la situación no es nueva, sino que viene reiterándose desde hace varios años, por lo que lamenta la escasa implicación del Ayuntamiento de Alaior para resolver dicha situación. Este ciudadano afirma que hace unos días el Ayuntamiento cerró la salida de las aguas infectas al mar durante una semana, con la consiguiente invasión de los detritus a la zona de alquiler de hamacas y sombrillas. Además, recuerda que el pasado año ante la alarma generada por una situación similar el Ayuntamiento se limitó a señalar que se trataba de algas.