Joan Palliser afronta el reto de gobernar Es Mercadal mediante un acuerdo con el PP. | Josep Bagur Gomila

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Es el primer alcalde econacionalista de Es Mercadal en 13 años, desde Ramon Orfila, y el más inesperado. Hace dos semanas, se daba por supuesta la elección del socialista Jesús Gomila, pero quien de verdad tomó la vara de mando fue el candidato de la Entesa, Joan Manel Palliser (Es Mercadal, 1975). La entente labrada horas antes con el PP dio un viraje imprevisto al nuevo gobierno local y le aupó a la alcaldía. Ahora, el gran reto de este licenciado en biología y con más de 20 años en el ámbito docente será gestionar el municipio con sus teóricos antagónicos como aliados.

¿Por qué, siendo su aliado natural el PSOE, han jugado la carta del PP?

—El PSOE ya había gobernado en minoría estos últimos mandatos y, aunque iniciamos las negociaciones con el deseo de la asamblea de intentar formar con ellos una mayoría progresista, al final no ha sido posible. La negociación no avanzaba, siempre quedaban sin solventar los puntos de discordia y entendimos que ese no era el modelo de gobierno. Así que optamos por no hablar más con ellos…

…y apareció el PP.

—Así es. El PSOE tenía más concejales y no necesitaba el apoyo de ningún grupo para gobernar, aunque fuera en minoría. Pero, al no surtir efecto los contactos, dijimos al PP que no descartábamos presentarnos y ofrecer áreas de gestión a los demás partidos, y eso acabó decantando la balanza.

Los socialistas les acusan de haber traicionado su ideología.

—Pues han sido sus formas las que nos han alejado del PSOE. La ideología de la Entesa es de izquierdas, ecologista y progresista, pero la prioridad es poder aplicar nuestras políticas, y con el PP en muchos aspectos no tiene por qué haber problemas. Ambos queremos la nueva escuela pública y el carril-bici entre Es Mercadal y Fornells, o que haya más horas de atención en los centros de salud. Las políticas no son de izquierdas ni derechas si lo que se quiere es priorizar el medio ambiente y el bienestar social.

¿Cederle la alcaldía al PSOE no fue un problema por su parte?

—Se la cedíamos a cambio de que la Entesa desempeñara un papel activo en el gobierno de coalición. Pero mientras nosotros veíamos necesario reducir el número de dedicaciones, ellos no querían renunciar a las suyas.

¿Influyó también haber perdido el Consell y el desacuerdo que, en simultáneo, existía en la negociación en Ciutadella?

—Puede que sí, que se hubiera actuado de otra manera. Pero nos encontramos con que el PSOE quería decidir todo y así no se garantizaba ni un gobierno equilibrado ni la toma conjunta de decisiones.

¿Qué hará con los 3 millones que Francesc Ametller dejó en caja?

— Nos pondremos de acuerdo, pues los programas de los tres partidos son muy coincidentes. Nos urge implantar el nuevo servicio de atención integral a domicilio que proyectó el anterior Consell. Tenemos el geriátrico lleno y nos ayudaría. Pero también queremos reactivar la cultura y fomentar el uso de energías renovables, coincidiendo con los dos grandes parques solares privados que se impulsan en el municipio. Nosotros proyectamos paneles que suministren energía a los edificios públicos, pero queremos que también los vecinos con menos recursos puedan beneficiarse.

¿La obra más esperada es la nueva escuela pública?

—Sí. Esperamos al nuevo Govern para que saque las obras a licitación y las inicie cuanto antes. Entonces, desde el Ayuntamiento deberemos planificar qué se hace con los dos edificios que ocupa la escuela, en la plaza Pare Camps. La idea es que el pequeño aloje el club de jubilados y el mayor, que está catalogado, albergue oficinas municipales y locales para entidades.

¿Faltan aparcamientos?

—Con los del recinto ferial hay suficientes, pero los vecinos pocas veces aparcan allí. Lo que falta por resolver en Es Mercadal es la saturación de la Vía de Ronda en verano y la salida a la carretera en dirección a Maó y Ciutadella. La falta de aparcamientos es más grave en Fornells.

En Fornells también se reclama que terminen ya las obras del puerto.

—Es que están perjudicando la calidad de vida de los vecinos y comerciantes. Ahora mismo no se puede aparcar en el paseo marítimo. Aguardamos al nuevo responsable de Ports para pedirle que acabe ya las obras, ceda al Ayuntamiento el uso de la Casa del Contramestre y renuncie a explotar como restaurante las casas de la familia Millet para dárselas al pueblo. Se agradece que Ports invierta 8 millones en el puerto, pero la necesidad de sacar un rendimiento económico en compensación no puede dejar de lado los usos públicos. Fornells necesita más movimiento vecinal y asociativo, aunque ahora sí se está movilizando.

¿No solo por las obras?

—No. El otro día tuvimos una reunión en el local social y éramos unas 70 u 80 personas. La mayor parte son vecinos afectados por la decisión del Govern que, aún en funciones, ha sacado a licitación cinco pantalanes flotantes sin tener en cuenta las necesidades de los residentes que tienen su barca allí. Como sus esloras son más pequeñas, hay muchos que se han quedado sin sitio en el que amarrar por primera vez en 30 o 40 años. Y, claro, ahora se organizan para movilizarse en verano y revitalizar la asociación de vecinos.

¿Qué necesitan las urbanizaciones?

—Pues Ses Salines necesita aparcamientos, Punta Grossa una renovación de sus infraestructuras y Macaret, la canalización de todo el núcleo para dotarlo de saneamiento. Es la única manera de que los vecinos dejen de usar pozos negros y se conecten a la depuradora… Pero los alumnos de instituto que viven en la costa también precisan mejores rutas de transporte público.

Como docente, bien lo sabe.

—Las conexiones con el instituto de Ferreries son muy deficientes, ya que les obligan a salir de casa una hora antes. El Govern debería mejorar las rutas escolares. Crear una que discurra por el Camí de Tramuntana y otra, por Addaia, Son Parc, Coves Noves…y enlace con Es Mercadal. O que se deriven alumnos a Fornells. Pero en Fornells no solo los estudiantes, sino que todos los vecinos demandan mejores frecuencias con Es Mercadal.

¿Volverá a salir a la calle con la camiseta verde si el Govern PP-Vox marca otro retroceso en educación, o se privará por tener a los populares como socios?

—Sí, sacaré otra vez la camiseta verde a la calle si es necesario. Pero, ahora que ya soy alcalde y no solo el concejal de la Entesa, deberé manifestarme con mayor prudencia.