Uno de los trabajadores de la empresa impide la entrada a una persona en el edificio | Gemma Andreu

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Una de las personas okupas que han quedado sin poder volver a entrar en el apartamento en el que ha vivido desde noviembre es una joven dominicana de 23 años de edad con un embarazo de riesgo de dos gemelas. La mujer acabó aceptando la negociación que le propusieron el martes los empleados de la empresa Desocupaciones Mallorca, aunque este miércoles presentó una denuncia en el juzgado contra ellos por haber entrado en la que era su casa sin su consentimiento.

Un auto judicial del pasado 18 de mayo indica que la Sareb desiste del proceso de desahucio que seguía contra esta joven y otros dos ocupantes de la casa, atendiendo, probablemente, al estado de embarazo. «En principio podía quedarme otros dos meses más y eso es lo que les dije, yo no quiero estar en una casa que no es mía, pero en mi situación, adónde voy a ir», señalaba este miércoles por la tarde a este diario.

Aceptó salir del apartamento «porque me pusieron entre la espada y la pared», relata. Si salía de la casa los empleados de la empresa le indicaban que no podía volver a entrar porque tampoco acreditaba que pudiera seguir en ella de forma legal, entonces «yo llamé a mis amigos para que me trajeran comida y agua, pero esta gente se puso en la escalera y no les dejaron entrar», explica la joven entre lágrimas.

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Imagen del interior de uno de los apartamentos okupados.

Debido a su estado de gestación, el encargado de Desocupaciones Mallorca le facilitó la reserva de una habitación en el hotel Castell de Lô, en Cala en Porter, abonada durante cuatro noches desde el martes para ella y su pareja. Además, le entregó 800 euros para los gastos derivados del traslado. «Hemos hecho lo que hemos podido a iniciativa nuestra debido a su embarazo que merece una consideración especial porque somos personas». Además, si el grupo regresa antes a Palma «también nos ahorramos el coste de la estancia aquí», explica el encargado de la firma Sergio Cacho.

La joven y su pareja acordaron con los trabajadores regresar este mércoles a las 10 de la mañana para que se les permitiera la entrada y poder retirar sus enseres, pero no aparecieron a la hora convenida. El cerrajero que trabaja para la Sareb esperó durante varias horas antes de proceder a sellar la puerta de acceso al inmueble y colocar la alarma, como hizo con los otros tres que habían estado okupados. Ahora la joven y su pareja deberán contactar con el banco malo para que le permitan acceder a la vivienda porque cuando lo hizo por la tarde ya no era posible.

«Tengo un embarazo de riesgo, un informe de vulnerabilidad y estoy en el programa del Institut de la Dona, esta situación me ha generado un estrés y ya he tenido que acudir al hospital», explicaba a la noche. Ahora aguarda poder recuperar sus objetos personales y encontrar ayuda para seguir adelante.

El apunte

El coste por cada apartamento que queda vaciado ronda los 5.000 euros

El desalojo de los cuatro apartamentos que estaban okupados en el edificio Marina Mahón, del puerto, junto a la colársega, tendrá un coste aproximado de 20.000 euros que cobra la empresa contratada por la comunidad de propietarios. El precio está en torno a los 5.000 euros por inmueble.

El montante global, en todo caso, variará en función de los días de trabajo que haya requerido la intervención. En principio, el trabajo estaba concluido ayer al mediodía, según la información facilitada al administrador de edificio.

Se trata del primer encargo que realiza esta empresa con sede en Mallorca en la isla menorquina.