El parking de 140 plazas en el segundo sótano tiene un coste aproximado de un millón de euros. | Josep Bagur Gomila

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La primera intervención prevista en el edificio inacabado de Sa Tanca, situado a la entrada de Sant Lluís, ha quedado provisionalmente frustrada porque carece de financiación. El equipo de gobierno anterior había resuelto realizar la obra necesaria en la segunda planta subterránea de 4.605 metros cuadrados para habilitarla como un parking para 140 vehículos, con un coste aproximado de un millón de euros. Debía ser el primer uso práctico del inmueble hasta decidir qué hacer con él, tras la compra ejecutada hace cerca de dos años. Además, el nuevo aparcamiento debía compensar las plazas que se pierden con la reforma de las calles del casco urbano del pueblo.

Para ello el Consistorio pidió financiación al Ministerio de Transición Ecológica a través del programa DUS 5000 de ayudas para inversiones a proyectos singulares locales que subvencionan los fondos europeos. Esta iniciativa, sin embargo, no ha podido cristalizar porque las ayudas de esta naturaleza se derivan a obras de ahorro energético, que no es el caso del parking de Sa Tanca, ha explicado la nueva alcaldesa Loles Tronch. En su defecto, la ayuda concedida que giraba en torno a los 700.000 euros para el parking se destinará a ejecutar la reforma de la calle Sant Antoni, señaló la primera edil de Sant Lluís.

Esta circunstancia fue puesta en conocimiento del presidente del Consell, Adolfo Vilafranca, en la reunión que mantuvo con Loles Tronch el viernes. La alcaldesa le planteó ayudas alternativas para ejecutar el proyecto del parking de Sa Tanca cuyo pliego de condiciones para la redacción del proyecto ya fue aprobado en diciembre de año pasado.

Mejorar el cruce de Punta Prima

El primer encuentro institucional entre Consell y Ayuntamiento de Sant Lluís sirvió, además, para que Tronch le expusiera la urgencia por mejorar y asfaltar las carreteras del término municipal, además de la ampliación de la que conduce a Punta Prima, y la nueva rodadura para la de Binibèquer, cuya licitación ha quedado desierta en dos ocasiones. La alcaldesa hizo ver a Vilafranca la necesidad de eliminar el punto negro del cruce que conduce al desvío de Punta Prima, entre otros.

Además, Tronch trasladó a Vilafranca la saturación que sufre la deixalleria del Polígono Industrial, porque la utilizan además los residentes en Es Castell y muchos usuarios de Maó. Los residuos se acumulan en su entrada por lo que propuso la necesidad de que se amplíe o bien se construya otra en Es Castell.