Imagen aérea de las salinas de La Concepció, que ocupan seis hectáreas

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Las Salinas de La Concepció, situadas en el interior del puerto de Fornells, resplandecen de nuevo este verano y permiten recuperar el testimonio de la actividad salinera tradicional y artesanal de Menorca. Los trabajos de rehabilitación que se iniciaron hace un año para restaurar completamente las instalaciones y reactivar la producción de sal    han concluido en julio tras una inversión de aproximadamente 600.000 euros. El conjunto de las actuaciones ha permitido recuperar 54 cristalizadores que posibilitarán cosechar artesanalmente en torno a unas 10 toneladas de flor de sal y producir unas 40 toneladas de sal marina virgen por temporada, según los responsables de la explotación.

«Queremos que la nueva puesta en marcha de las salinas no se entienda como una disfunción o un fracaso de los que antes no pudieron mantenerlas y explotarlas, sino como un paso más que nos debe conducir a una mayor reflexión sobre estos humedales», explica Guillem Casas, director ejecutivo con experiencia previa en proyectos similares como las Salinas de Es Trenc en Mallorca. El delicado y minucioso trabajo de rehabilitación integral ha sido auspiciado por la familia Best, originaria de Suiza, que adquirió la finca de 45 hectáreas de La Concepció en 2018 con el propósito de acabar el proyecto iniciado por la familia Mayor en 2012 y recuperar definitivamente este enclave patrimonial.

Las salinas, con una superficie de seis hectáreas, son un territorio que se ha venido trasformando desde sus inicios en el año 1853. Estuvieron en marcha más de un siglo, hasta 1984, y no fue hasta el año 2012 cuando la familia Mayor hizo un primer intento de restauración. Seis años más tarde, el ginebrino Rémy Best asumió la propiedad e inició los trámites para reformar las salinas y dar valor a la producción. Los trabajos empezaron en verano del año pasado y uno de los parámetros que se han tenido en cuenta en la reconstrucción ha sido la preservación de aquellos elementos que habían conformado las antiguas salinas que hoy ya son las únicas activas de las cuatro que han existido en Menorca (Tirant, Mongofra, Addaia y Punta Prima).

Actuaciones

A lo largo de estos casi dos siglos de vida de las Salinas de La Concepció, la falta de mantenimiento ha deteriorado las instalaciones y ha sido necesaria la reconstrucción del dique principal que separa el mar con las salinas, la redistribución y nueva construcción de calentadores, evaporadores y cristalizadores que permitirán la cristalización de la flor de sal y de la sal marina virgen, la implantación de nuevos canales y compuertas que facilitarán la circulación del agua hasta cada uno de los elementos que configuran las salinas y la adecuación y construcción de diversas isletas interiores en las zonas de mayor superficie de agua para el anidamiento y estancia de aves.

El proyecto de rehabilitación ha sido medioambientalmente muy cuidado y sostenible, de bajo impacto en los periodos de mayor presencia de aves en las salinas. Hay que recordar, en este sentido, que las instalaciones forman parte de un Área Natural de Especial Interés y, además, están declaradas como Lugar de Interés Comunitario, de especial protección para las aves. Es por esto que solo podían recuperarse y gestionarse de nuevo mediante métodos artesanales y tradicionales, sin posibilidad de ampliar ni alterar sustancialmente el territorio. La ejecución de las obras ha sido, de hecho, fundamentalmente manual. Han intervenido un total de treinta trabajadores, cuya actividad se ha llevado a cabo bajo criterios de un mínimo uso de maquinaria, así como el uso mayoritario de materiales naturales procedentes de la propia Isla (arcilla, piedra de marés de la cantera de Lithica y grava).

Custodia Agraria

En todas las actuaciones se ha contado con la participación y el asesoramiento del GOB, entidad con la que los concesionarios firmaron un acuerdo por el que se comprometieron a adoptar prácticas agrarias sostenibles. La recogida de sal de manera artesanal y sostenible, la comercialización del producto tras el envasado manual en recipientes reciclables y la venta en la propia Isla forman parte de los objetivos principales. «Queremos abrazar el mercado local y abastecer a la ciudadanía para que la flor de sal y la sal marina virgen sean de consumo habitual», explica Guillem Casas, director ejecutivo, que añade que «también queremos servir a la restauración porque el producto ofrece un valor añadido a las elaboraciones gourmet».

El proyecto de rehabilitación ha sido medioambientalmente muy cuidado y sostenible

La flor de sal y la sal marina virgen se venderán bajo la marca Salinas de La Concepción. Durante este mes de agosto, se prevé iniciar su comercialización en más de cien puntos de venta de la mano de la distribuidora local Ca n’Auxili. En este sentido, se han previsto diversos formatos tanto para consumidores como para el sector de la restauración.

«Difícilmente se hará un proyecto similar, hay que conservar este»

El objetivo principal de poner en marcha las Salinas de La Concepció va más allá de la actividad económica derivada de la extracción de los diversos tipos de sales, según los responsables de la explotación. «Permitirá ver el mundo de la sal marina artesanal desde diferentes puntos de vista, desde el histórico, el patrimonial, el cultural, el paisajístico, el gastronómico y el medioambiental», explica Guillem Casas, director ejecutivo, que destaca que «en los próximos 100 años, muy difícilmente se haga un proyecto de restauración de salinas en Menorca como este, es un patrimonio a conservar y debemos hacerlo entre todos». En este sentido, impulsarán campañas de sensibilización y comunicación para recibir apoyo y mantener la explotación. También organizarán visitas guiadas que se realizarán, el próximo año, de forma limitada por grupos y con reserva previa, atendiendo a las condiciones de preservación del medio natural y de la propia explotación de la actividad. Las fechas estarán comprendidas entre marzo y septiembre.

El apunte

Un producto de alta solubilidad y gran saborización

La extensión de las Salinas de La Concepció, de unas seis hectáreas, la localización condicionada por la alineación de las instalaciones con el mar y la climatología caracterizada por temperaturas suaves y el viento del norte    limitan la producción a unas 10 toneladas de flor de sal y unas 40 toneladas de sal marina virgen por temporada, comprendida entre finales de junio y mediados de septiembre. La producción, que se obtendrá del secado bajo el efecto del sol y del viento, será suficiente para abastecer la demanda de residentes y turistas que valoran el producto de calidad de kilómetro 0, según los responsables de la explotación, que matizan que la calidad de la flor de sal reside en que tiene menos concentración de cloruro sódico pero mantiene todas las propiedades minerales. El resultado es un producto de alta solubilidad y gran saborización, que genera un sabor suave pero intenso y que ensalza cualquier plato.