Un ‘megayate’ frente a las oficinas de la APB | Gemma Andreu

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El nuevo protocolo implantado por la Autoridad Portuaria de Balears (APB) para solicitar el amarre de grandes yates en la parte del muelle de cruceros que se encuentra frente a las oficinas del entre portuario ha provocado quejas entre las empresas consignatarias, que ven las nuevas órdenes un factor «disuasivo» para la llegada de embarcaciones de más de 40 metros de eslora.

Tanto Cardona Trémol como Meliá Vives, las dos grandes agencias consignatarias del puerto de Maó, lamentaban este viernes las nuevas instrucciones, con críticas que se centran principalmente en el farragoso proceso para reservar espacio, la gran antelación con la que hay que hacerlo, un mínimo de siete días, y con las elevadas tasas que se cobran (unos 3.000 euros diarios para un buque de 70 metros) sin ofrecer servicios.

Aseguran que se pierde agilidad, que no se presta un servicio adecuado para este tipo de clientes y que en definitiva se está tratando de sacar un rendimiento económico de este espacio sin que cumpla con los estándares de calidad que requieren este tipo de embarcaciones. Este espacio solamente se puede utilizar para el amarre de grandes yates en el caso de que los 30 puntos de atraque de Marina Port Mahón para buques de entre 30 y 60 metros de eslora se encuentre en situación de plena ocupación.

En cuanto a la marcha de la temporada en el segmento de los ‘megayates’, para estas dos empresas, existe disparidad de impresiones. Mientras Meliá Vives ha registrado un incremento de los clientes que estiman en aproximadamente un 20 por ciento, desde Cardona Trémol explican que tras un julio del año pasado fuera de lo común, la situación se ha normalizado.