Los concesionarios de coches no recuperan las ventas prepandemia

Sin embargo los números del Ibestat no coinciden con la percepción general y directa de los concesionarios de la Isla que niegan, en su mayoría, el ansiado regreso a la normalidad. «De eso nada», afirma con contundencia Celine Gomila, presidenta de la asociación que los agrupa, «estamos lejos de aquellas cifras», asegura, aunque no disponga de datos actualizados.

Tanto ella como David Bosch, de Bosch Automoción en Ciutadella, o Ramón Coll, de Toyota, en Maó, abundan en la incertidumbre que sufre el mercado por los continuos cambios normativos y las dudas en torno al futuro de las energías. Bosch indica que «pueden haber aumentado las compras en los rent a car o grandes empresas pero no entre los particulares».

El aumento notable en los precios del vehículo nuevo, o la demora en el suministro que aún puede superar los cuatro meses según las peticiones concretas del cliente, son las causas del estancamiento. La consecuencia es que los coches usados con pocos años siguen siendo los más recurridos, «aunque su precio también ha aumentado mucho», explica Gomila.

En un año y medio los nuevos pueden haberse encarecido en unos 6.000 euros, informa David Bosch, «de ahí que los particulares sean reacios a estas inversiones» que también chocan con el aumento de los intereses.

La Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (Faconauto), ha informado esta semana que las ventas de los vehículos usados en Balears han crecido un 0,5 por ciento más en lo que va de año, una cifra inferior a la nacional que alcanza el 2,4 %. Por cada coche nuevo se venden 1,9 de ocasión, subraya. La estabilización de los ritmos de producción, añade Faconauto, permite impulsar la renovación de las flotas e inyectar usados de calidad a la oferta.

No siempre es así, opina Celine Gomila, porque «puede resultar más caro uno de segunda mano con pocos años, que uno nuevo, como le hicimos ver a un cliente recientemente, pero prefirió el usado al nuevo porque tenía que esperar para tenerlo».

Las empresas menorquinas acumulan un año y medio sin reunirse como asociación. «La manera de trabajar ha cambiado mucho y el producto ya no es el mismo», sostiene su presidenta.

La producción funciona desde la pandemia a través de la demanda, por lo que los stocks siguen reduciéndose, señala Ramón Coll, de Toyota, la marca que más vende en la Isla. «Nosotros no paramos de matricular porque estamos en una rueda en la que van llegando los pedidos». Explica el responsable de ventas de Maó que en lo que va de año ya han vendido 140 unidades híbridas, la opción más ajustada al presente y al futuro, indica.