Protesta del personal administrativo a las puertas de los Juzgados de Maó. | Gemma Andreu

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Los propios funcionarios de Justicia, unos 70 en la Isla, también admiten que «ahora hay más colapso que nunca», pero reivindican su derecho «a que se reconozca nuestro trabajo. Llevamos a cabo funciones que no son debidamente remuneradas», asegura Jordi López Bernabé, delegado del sindicato STAJ en Menorca. «Más de la mitad de las declaraciones se hacen sin tener a un juez delante y tenemos que asumirlas nosotros. Es como si te fueras a un hospital y, en lugar del médico, te operara el celador. Y eso debe reconocerse».

En este sentido, López contrapone el «caso omiso» que hasta ahora les ha hecho la administración de Justicia a la negociación llevada a cabo antes por jueces y secretarios. «A los primeros les bastaron un par de reuniones para que se les subiera el sueldo casi 500 euros al mes y a los segundos, en consonancia, se les incrementó en 150. En cambio, nosotros llevamos ya 4 meses en huelga y tiodavía no hemos logrado ni que se nos reciba». El paro, de hecho, se encuentra «diferido, a la espera de que se forme el nuevo Gobierno del Estado y tengamos delante a un interlocutor válido con el que negociar».

El «colapso» que sufre el Decanato de Maó es solo la punta del iceberg de la protesta que, de todos modos, «se ha dejado notar en menor medida en Ciutadella». El delegado del STAJ recuerda que tan solo «se ha agudizado el déficit crónico de personal que arrastran los juzgados de Menorca. Y si en el Decanato de Maó solo hay dos personas trabajando, ¿cómo no va a notarse? En pleno verano, con vacaciones del personal y con bajas que no se cubren, es inevitable que el servicio se sature».

La clave de todo, según Jordi López, reside también en la insularidad. «Quien viene de fuera por un sueldo de 1.200 euros y tiene que destinar la mitad al alquiler de su viviendan acaba marchándose pronto y, así, una baja que debería tardar un mes en cubrirse se prolonga por espacio de tres o cuatro meses». Pero eso, apunta, «es un problema més de la administración que de los propios trabajadores, que sufrimos las consecuencias».