La parte superior de la torre es la que está más deteriorada.

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El Ministerio de Defensa ha mandado demoler la torre de comunicaciones militar ubicada en la Estación Naval de Maó, que lleva más de treinta años dando servicio en un estado que compromete la seguridad en el entorno, y construir una nueva que la sustituya y sirva para albergar los equipos emisores y receptores de radiofrecuencia.

Para ejecutar los trabajos, Defensa ha sacado a concurso un contrato con un presupuesto base de licitación de 219.326,34 euros que ya ha adjudicado a la empresa M.Polo SL. Al procedimiento se han presentado únicamente dos ofertas, de las cuales la defendida por la empresa familiar menorquina especializada en todo tipo de obra pública y privada ha sido la más ventajosa para la Administración en aplicación de los criterios de valoración establecidos en el pliego de condiciones. El plazo de ejecución, según el anuncio, es de cinco meses.

La orden de demolición y construcción de la nueva torre de comunicaciones militar se produce tras las inspecciones que se han llevado a cabo en la zona en la última década por parte del    Centro Zonal de Mantenimiento (Cezman), un ingeniero y un arquitecto    en representación del Instituto Técnico de Instalaciones y Construcción, que han determinado el mal estado en el que se encuentra la instalación militar.

Según las conclusiones de los informes, la infraestructura presenta «enormes deficiencias» que han empeorado con el paso del tiempo, así como por la falta de mantenimiento, y que «ponen en peligro la seguridad del personal» que trabaja en la zona.

Oxidacíón en la parte inferior de la torre

Grave oxidación

Una de las inspecciones que se realizó a finales de agosto de 2007 ya alertó que no se habían utilizado «materiales preparados para la intemperie» y que los tornillos que mantienen erguida la torre de comunicaciones, además de «no estar correctamente apretados», se encontraban en «estado avanzado de oxidación». Diez años más tarde, a mediados de septiembre de 2017, una nueva inspección verificó que el estado de corrosión de la antena era «grave» y alertó que estaba comprometida la seguridad en el entorno por la falta de mantenimiento durante el transcurso de esa década.

En junio de 2022, un ingeniero y un arquitecto se desplazaron hasta la Estación Naval de Maó para realizar una inspección técnica de la torre sobre el terreno acompañados por representantes del Ministerio de Defensa y del cuartel. En ese reconocimiento ocular se pudieron tomar datos de la torre y comprobar el estado de conservación, que llevó a planificar las labores tanto de demolición de la torre actual como la construcción de la nueva.

Aunque el grado elevado de corrosión de la torre es generalizado en toda su altura, de 40 metros, se hace más evidente en la parte superior por el impacto de las inclemencias meteorológicas, resaltan los informes. Los elementos metálicos se encuentran «muy exfoliados y afectados» por la corrosión y la tornillería se ha visto muy afectada por el estado de oxidación. Aparte, la torre ha perdido la totalidad de la protección de acero frente a agentes externos, exponen.

Además de todos estos problemas, señalan los informes, la actual torre de comunicaciones lleva más de 30 años dando servicio, «de modo que no cumple con la normativa vigente de seguridad, haciendo de la antena un lugar peligroso para las personas que trabajan en ella».

El apunte

La nueva torre irá dotada de accesorios auxiliares tales como un sistema anticaída

La actual torre de comunicaciones está en una parcela en la zona más alta de la Estación Naval de Maó, a una altura sobre el nivel del mar de 45 metros. La nueva torre de comunicaciones, con la misma altura total de 40 metros, se levantará allí mismo y debido a las condiciones particulares de la ubicación, los fuertes vientos, la humedad, la cercanía al mar y los cambios de temperatura será necesario que reúna unas condiciones específicas para poder soportar los esfuerzos a los que estará sometida. Entre otros elementos y accesorios auxiliares, la nueva instalación militar contará con una escalera de accesos, un sistema anticaída, pararrayos y carteles indicativos referentes a la normativa de seguridad según la legislación vigente.