Febrer, a la derecha de la imagen, junto al resto del equipo del conseller de Medio Ambiente y Reserva de la Biosfera, Simón Gornés.

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La directora insular Marta Febrer negó ayer que la excursión al Llatzeret fuera una fiesta privada de cumpleaños, según ella se trató de «una prueba piloto» para incluir la visita guiada a este espacio histórico en el programa Salut Jove i Cultura del Consell. De hecho asegura que el taller ya está disponible para aquellos centros docentes que quieran realizarlo este mismo curso, y que se trabaja en la elaboración del material: un plano ilustrado, una guía que incluirá a un personaje singular del Llatzeret y una serie de preguntas clave para los escolares que participen en la actividad.

Según argumenta Febrer, la prueba se montó con urgencia debido a ese interés en ofertar la visita este primer trimestre del curso, cuando todavía hace buen tiempo para realizar la travesía del puerto en la barcaza. El encuentro se organizó y acordó por el departamento que dirige y con conocimiento del conseller Simón Gornés. La razón por la que se congregaron unos quince niños, explicó la directora, fue «la necesidad de adaptar el recorrido y las explicaciones a los estudiantes», todos ellos de Primaria.

Febrer no niega que se convocó por Whatsapp a niños y niñas de sus propios conocidos así como de amigos y familiares de empleados del propio Consell, y que entre ellos estaba su hija, pero niega categóricamente que el motivo de la visita fuera organizar allí su cumpleaños. Los pequeños acudieron con sus padres y también se contó con dos docentes y la administradora del Llatzeret. «Los trabajadores del barco estaban dentro de su horario laboral», recalcó Febrer, «y se avisó en todo momento a los participantes de que era una prueba piloto».

La excursión comenzó a las 10 y acabó a las 13 horas, por eso, señala, se les ofreció a los pequeños un almuerzo en mitad del recorrido, con bolsas de patatas fritas, fruta, cocas, bebidas y una tarta. La directora insular admite que eso fue algo «improvisado», que el conseller Gornés «ni lo sabía» y que lo pagó de su bolsillo porque «se habían prestado a la prueba» y fue en señal de agradecimiento. También reconoce que, como su hija cumplía años unos días después, «se le felicitó y aprovecharon para cantarle el cumpleaños feliz».

En relación al uso privativo del espacio público y al pago por ello, la directora insular declaró que la visita fue en el marco de la prueba piloto para relanzar las actividades en el Llatzeret, organizada por el propio Consell y por tanto, estaba exenta del pago de tasas porque el objetivo era incluirla en el ‘Salut Jove’. No obstante Febrer apuntó que si ese descanso y el picoteo organizado se consideran un uso privativo, no se opondrá a pagar la tasa que corresponda.