Entrada principal a las instalaciones del Llatzeret de Maó, cedidas al Consell de Menorca desde 2015. | Gemma Andreu

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Marta Febrer no informó debidamente de sus intenciones a sus superiores en el Consell. La directora insular de Proyectos Sostenibles y Cooperación comunicó al conseller Simón Gornés que iba a realizar una «prueba piloto» con un grupo de padres y niños, pero no le precisó que aprovecharía su cargo para llevar a cabo la fiesta de cumpleaños de su hija.

El mismo viernes 1 de septiembre, el día antes del acto, tomó la barca en Calesfonts provista de comida y bebida para llegar hasta el Llatzeret y realizar todos los preparativos para la fiesta de aniversario. Puso los alimentos en la nevera y engalanó el bar con globos y una tira con el mensaje de feliz cumpleaños en inglés.

Movilizó a tres trabajadores

A la mañana siguiente, se subió en las barcazas que debían llevarla al islote junto a los 64 invitados al convite, portando en sus manos la tarta y la vela con el número 8 para que su hija la soplase.

En todo momento se hizo acompañar de tres trabajadores del Llatzeret, encargados de la gestión, el transporte y el mantenimiento. Pese a que se trataba de un sábado, tienen disponibiilidad horaria y podía contar con su participación sin la intervención de recursos humanos.

Cuando el tema trascendió y el miércoles «Es Diari» pidió su parecer a la directora insular, ésta al principio negó los hechos y, a continuación, pidió posponer su valoración hasta haberlo comentado con el conseller. Que hasta entonces desconocía los pormenores de lo sucedido.

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La confesión de Marta Febrer llegó hasta lo más alto, hasta el punto que el mismo presidente Adolfo Vilafranca intervino para zanjar el asunto. Cuando escuchó el relato, se puso las manos a la cabeza y se instó a la directora insular a exponer de inmediato su versión a este diario.

La 'caza de brujas'

En paralelo, empezaron las preguntas e investigaciones para conocer quién había filtrado la información, con el temor de que también hubiera llegado a la redacción alguna de las fotografías que los padres asistentes a la fiesta habían colgado en sus redes sociales. Por si acaso, hasta la propia Marta Febrer cerró su cuenta de instagram. Nadie pudo evitar, no obstante, que se publicara el mensaje de Whatsapp a través del que se invitó a padres y alumnos a la fiesta.

El mensaje de Whatsapp con la invitación a la fiesta.

Febrer, que en un primer momento se aferraba a la palabra del conseller de no hacerla dimitir, llegó en la mañana de ayer al Consell dispuesta a regularizar la situación, solicitar de forma extemporánea el permiso para la fiesta privada que había organizado 12 días antes y pagar la tasa de 500 euros en cuestión por el alquiler del bar. De poco le sirvió abonarla. Al mediodía, el presidente Vilafranca ya la había cesado por considerar su comportamiento como «intolerable».

Cuando se le comunicó el cese, tan solo compartió un breve mensaje de agradecimiento con los trabajadores del Llatzeret. Se marcha «orgullosa» del trabajo realizado en sus escasos dos meses en el cargo y convencida de haber cometido «un error de forma, però no de fondo».

La noticia, destapada por «Es Diari», fue recogida por numerosos medios de comunicación de ámbito nacional. Desde «El País» al programa de Risto Mejide en Cuatro.