Las quejas de los vecinos de la plaza son constantes. | Josep Bagur Gomila

TW
14

Unanimidad en el pleno municipal del Ayuntamiento de Maó para actuar frente a la degradación de la plaza Esplanada y la inseguridad que en reiteradas ocasiones han denunciado los vecinos. Todos los miembros de la corporación local acordaron el jueves intensificar las labores de mejora y mantenimiento en la zona y, especialmente, continuar con la vigilancia policial diurna y nocturna para controlar posibles episodios violentos. Además, coincidieron en reforzar la atención social a las personas que frecuentemente se reúnen en la emblemática plaza para consumir alcohol y otras drogas y a las que incluso llegan a dormir a la intemperie.

Estas decisiones surgieron a raíz de una moción que presentó el grupo municipal del Partido Popular para dar respuesta a las quejas vecinales. «La plaza Esplanada se ha convertido en un espacio en declive, con falta de iluminación, mantenimiento y seguridad ciudadana», denunció la concejal popular Virginia Victori, que aseguró que «aunque la Policía Local y la Nacional pasan con cierta frecuencia, no es suficiente y la percepción sigue siendo la misma». Con fecha 20 de septiembre del año en curso se han registrado un total de 23 denuncias, explicó la concejal socialista Elena Costa: cinco por falta de respeto y desobediencia, 14 por consumo de alcohol en la vía pública y cuatro por orinar en la vía pública. Además, «cada semana se levantan actas por consumo de alcohol», añadió Costa.

La imagen negativa de la plaza Esplanada que se ha extendido a lo largo de los últimos años motivada por la degradación de la zona y las malas conductas de algunos usuarios, concordaron los diferentes partidos (PSOE, PP, Ara Maó y Vox),    debe revertirse con más recursos y esfuerzos por parte del Ayuntamiento de Maó. «Por mucha policía, mejora de la limpieza e iluminación que se haga, no resolveremos el problema social de los adictos a drogas», insistió la concejal de Ara Maó, Cristina Fernández. Implicar a todos los agentes sociales fue una medida bien recibida por todos, aunque el alcalde Héctor Pons reconoció que, por la experiencia de otras intervenciones, «es muy difícil que los usuarios colaboren, muchas veces no reconocen la situación o directamente no quieren recibir ayuda».