La presencia de cubos de basura sobre aceras estrechas de algunas calles preocupa a los vecinos de Sant Climent.

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La basura se irá volando en cuanto sople tramuntana. No podremos caminar por las aceras estrechas si están llenas de cubos. Muchos no podemos cumplir con esos horarios. ¿Cómo quieren que guarde residuos que hacen mal olor a la espera de que llegue el día de sacarlos? La basura va estar en la calle justo en la hora punta de los restaurantes... La implantación de la recogida ‘puerta a puertaestá generando mucha inquietud, ciertas dosis de escepticismo, reticencias malhumoradas y un buen saco de recelos y dudas entre los vecinos que en dos semanas se convertirán en conejillos de indias del nuevo sistema.

Esta semana el Consorcio de Residuos y Energía de Menorca ha organizado reuniones con vecinos de los primeros núcleos urbanos que el 13 de noviembre estrenarán el ‘puerta a puerta’. Los encuentros para explicar el funcionamiento del ‘puerta a puerta’ y repartir los cubos multifracción han servido para comprobar la gran expectación nerviosa de la ciudadanía y los múltiples inconvenientes que se les agolpan en la cabeza. Nada que la empresa contratada para hacer la comunicación y formación, la mallorquina Gram, no esperara.

La sala de la asociación de vecinos de Sant Climent llena a rebosar, un power point proyectado en la pared, ancianas que ya advierten que no ven bien, personas que se quejan de que desde el final no se escucha nada. Mala acústica. Vocablos mallorquines que generan confusión entre la audiencia. Nerviosismo, gente que se revuelve en sus asientos, bufidos, risas descreídas de complicidad vecinal ante la que se avecina, preguntas que constantemente se saltan el supuesto turno de preguntas... Y, frente a todos, la responsable de la presentación capeando el temporal, haciendo llamamientos a la paciencia, ofreciendo consejos de libro de autoayuda del tipo «dejad a un lado los pensamientos negativos» y promesas de que «de aquí a dos meses ya no os acordaréis de todos estos problemas».

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Presentación del sistema ante los vecinos. | Gemma Andreu
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La justificación de necesidad del ‘puerta a puerta’ suena a tirón de orejas. «Con los contenedores en la calle no llegamos a los niveles de separación de residuos a que obliga la Unión Europea. Habrá sanciones si no lo hacemos. Las cifras demuestran que no lo habéis hecho bien. En Mallorca hay un montón de pueblos donde ya se está haciendo y, al principio, bueno... pero luego no hay problema. En Menorca sois prácticamente los últimos». Un señor protesta: «En mi casa reciclamos mucho, estamos pagando justos por pecadores». Más traseros que se remueven en su asiento. El mensaje es claro, aunque obviamente no tan explícito: aquí no hay vuelta atrás. Ajo y agua.

«Mi mujer camina con un andador y no va a poder ir por la acera si está llena de cubos de basura», lamenta un señor mayor. «Pero si llevo cuatro días aquí y nadie va por la acera», es la respuesta. No gusta. Cierta tensión. «Aquí en Menorca sopla mucho el viento, en Mallorca no tanto». Ajo y agua, perogrulladas e ingenio. «Pues los días de mucho viento no saquéis la basura. Tendréis que idear algún sistema de anclaje para que los cubos no vuelen». Pensamiento positivo. «Ya veréis que todo irá bien».

«Y, entonces, si como pescado, ¿tendré que guardar los restos dos días en casa hasta que toque el día de sacar los residuos orgánicos?». «Pues come pescado el día antes, yo lo hago así». Más risas nerviosas entre público. «¿Y lo de sacar el vidrio de seis a ocho de la mañana los sábados?». «Pues de momento es lo que hay. Más adelante ya veremos si podemos ajustarlo».

Runrún en la sala. No se escuchan las preguntas. Son muchas a la vez. Alguno propone su propio sistema. «Podríamos poner contenedores en zonas vigiladas». Espontáneos intentos de ultimísima hora de impedir hechos consumados. El tiempo se termina. Toca reunión con vecinos de otras calles. «Para lo que queráis hay un teléfono de dudas (971 360 597). A la salida os entregarán vuestros cubos». Ánimos.

La mayoría de las dudas tienen que ver con el reciclaje, no con la recogida

Buena parte de las dudas que los vecinos plantean al equipo de informadores ambientales contratado por el Consorci de Residus i Energia no tienen que ver propiamente con el funcionamiento del sistema ‘puerta a puerta’, sino con las prácticas correctas sobre la separación y gestión de los residuos. La puesta en marcha de la recogida domiciliaria preocupa en buena medida porque fuerza al reciclaje y son muchos los ciudadanos que no tienen claros algunos conceptos. En la web del ente dependiente del Consell hay un apartado sobre tipologías de residuos que viene a aclarar la gran mayoría de las dudas sobre qué se considera materia orgánica, rechazo, papel y cartón, vidrio y envases.